El comandante de UAV ucraniano «Madjar» responde con firmeza a la prohibición de entrada de Hungría: defiende la independencia y la justicia

Una nueva fase de confrontación militar y política se ha abierto en torno al comandante de sistemas sin piloto ucraniano, conocido por su apodo «Madjar» – Robert Brovdi.
Tras la decisión oficial del gobierno húngaro de prohibirle la entrada al país, alegando motivos políticos o de seguridad, Brovdi reaccionó con determinación.
En su página de Facebook, condenó la medida y afirmó que el soldado-avión ucraniano, en momentos de peligro, siempre opta por acciones activas de defensa y contraataque.
En una entrevista, destacó que ni las sanciones ni las restricciones lo amedrentan — permanece fiel a sus convicciones y lucha por la independencia de Ucrania, sin importar las declaraciones populistas del gobierno húngaro.
«Que se metan sus sanciones en ningún sitio.
Soy ucraniano y pronto regresaré a mi patria con orgullo y sin temor.
En Hungría hay suficientes verdaderos húngaros, y yo soy uno de ellos», afirmó.
Brovdi calificó de populistas y provocativas las declaraciones del gobierno húngaro acerca de «la amenaza a la soberanía» tras el ataque al oleoducto «Druzhba».
Según él, dichas declaraciones ocultan la verdadera intención: proteger los intereses corruptos y llenarse los bolsillos con materia prima sancionada y barata.
El militar instó a los líderes húngaros a ser conscientes de que comprar petróleo ruso alimenta conflictos mortales en Europa, enriqueciendo a oligarcas rusos y financiando ataques con misiles y drones que destruyen ciudades ucranianas.
Tras los recientes bombardeos que cobraron la vida de decenas de personas en Kyiv, el presidente ucraniano Zelensky ordenó al Ministerio de Exteriores esclarecer todas las circunstancias relacionadas con la prohibición de ingreso de Brovdi y reaccionar en consecuencia.
El 22 de agosto, las fuerzas ucranianas lanzaron una nueva ofensiva contra el oleoducto «Druzhba» en la región de Bryansk, que suministra petróleo a Eslovaquia y Hungría.
La declaración de Zelensky sobre el destino de este importante conducto provocó duras reacciones en Budapest y Eslovaquia.
El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, calificó esa declaración como «una amenaza grosera» y sugirió reevaluar las relaciones políticas y económicas con Rusia.
Por su parte, el diplomático ucraniano Andrii Sybiga aconsejó a Hungría volverse independiente de la dependencia energética rusa.
Mikhail Gonchar, director del centro «Estrategia XXI», advirtió que la planta de Unecha, en Bryansk, ha sido objetivo desde hace tiempo, y que los ataques tienen como objetivo interrumpir el suministro de petróleo al terminal Ust-Luga, el principal centro logístico de la flota oculta de Rusia.
Estas acciones militares, resaltó, no tienen relación con las negociaciones sobre la adhesión de Ucrania a la Unión Europea, que Hungría intenta bloquear.
La lucha por la soberanía continúa en medio de tensiones y confrontaciones que ponen a prueba la determinación de los ucranianos por defender su independencia y futuro frente a la agresión rusa.