Kovalенко advierte: La Kremlin aviva intencionalmente la hostilidad entre ucranianos y polacos, como en 1939

Andriy Kovalенко, jefe del Centro para la Lucha contra la Desinformación, reveló en su canal de Telegram los esfuerzos cínicos del Kremlin por reavivar la enemistad entre ucranianos y polacos.
Según el experto, en 1939, las autoridades soviéticas desmantelaron brutalmente las estructuras administrativas polacas en Ucrania Occidental, llevaron a cabo deportaciones masivas de población polaca y persiguieron a la intelligentsia ucraniana, intentando ampliar la influencia de Moscú en la región.
Kovalенко subraya que las tácticas de los servicios especiales soviéticos involucraron la creación de redes de espionaje, la difusión de desinformación y la realización de provocaciones bajo banderas falsas para aumentar la tensión.
Los documentos muestran que partisanos soviéticos bajo la dirección del NKVD atacaron aldeas polacas para incriminar a ucranianos o simularon acciones punitivas polacas contra ucranianos, lo cual agravaba aún más la desconfianza entre ambos pueblos.
El analista señala que métodos similares son empleados por el Kremlin hoy: agencias de inteligencia rusas construyen redes en toda Europa y lanzan campañas de desinformación a gran escala para sembrar discordia entre las naciones aliadas de Ucrania.
La estrategia del Kremlin busca explotar divisiones internas y promover narrativas favorables a Moscú, debilitando así el apoyo internacional a Ucrania.
La historia compartida entre Ucrania y Polonia demuestra que ambos países soportaron largos periodos de ocupación soviética tras la Segunda Guerra Mundial, y Rusia, como enemigo común, continúa aplicando la misma política.
Kovalенко concluye que Rusia debe asumir la responsabilidad por sus crímenes, mientras que Ucrania y Polonia deben mantenerse unidas en estos momentos difíciles.
Recientemente, en junio, el presidente polaco Karol Nawrótku expresó su disposición a fortalecer la cooperación con Ucrania y destacó que resolver las cuestiones históricas es esencial para mejorar la comprensión y confianza mutua.