Trump critica a Obama por la entrega de Crimea: por qué su comparación con Texas es incorrecta y distorsiona la situación

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a captar la atención pública con declaraciones provocativas en las que compara Crimea, territorio ucraniano, con el estado de Texas en Estados Unidos, y acusa a su predecesor, Barack Obama, de haber entregado supuestamente la península a Rusia en 2014.
Trump afirmó que, si él hubiera tomado esa decisión como presidente, la crisis internacional que hubiera provocado habría sido la noticia principal durante décadas.
En su intervención en el programa The Mark Levin Show, el exmandatario profundizó en su opinión, sugiriendo que sus propias acciones y políticas podrían haber cambiado el rumbo de la crisis de Crimea.Respecto al tamaño y la importancia estratégica de la península, Trump mencionó que Crimea tiene un tamaño similar a Texas — el estado más grande de EE.UU., famoso por su vasto territorio y su posición estratégica en el mar Negro.
Se expresó admirado por su belleza y ubicación, destacando su papel en la región.
Sin embargo, al analizar hechos históricos y jurídicos, las afirmaciones de Trump parecen incorrectas.
La superficie de Crimea es de aproximadamente 26.860 kilómetros cuadrados, mientras que Texas supera los 695.000 km², casi 26 veces más grande.
La totalidad del territorio de Ucrania es de unos 603.600 km², menor que Texas.
Por lo tanto, comparar directamente ambos territorios sin contexto resulta engañoso.La anexión de Crimea en 2014 fue un acto de agresión militar condenado internacionalmente, considerado una violación grave del derecho internacional.
La ocupación por tropas rusas y la celebración de un referéndum falso bajo amenazas militares sirvieron para legitimar la anexión.
Estados Unidos condenó estos hechos y aplicó sanciones que afectaron la economía rusa, congelando activos y restringiendo operaciones empresariales entre otras medidas.Expertos coinciden en que Estados Unidos no contaba con mecanismos legales ni prácticos para intervenir militarmente en Crimea en esa época.
La rápida operación militar de Rusia explotó la vulnerabilidad interna de Ucrania tras las protestas de Euromaidan, y las potencias occidentales optaron por medidas diplomáticas y económicas para evitar una escalada que pudiera involucrar a una potencia nuclear.Sobre las afirmaciones de Trump de que la guerra en Ucrania no habría ocurrido si él fuera presidente, se consideran especulativas y sin respaldo en datos concretos.
Durante su mandato, Rusia continuó ocupando partes de Donbas y Crimea, sin que Estados Unidos tomara medidas militares significativas más allá de la venta de armas a Ucrania en 2018.
La complejidad del conflicto revela que un cambio en la administración estadounidense no habría sido suficiente para impedir la invasión rusa en 2022.