Moscú mantiene sus demandas maximalistas respecto a Ucrania: ¿es posible avanzar en las negociaciones de paz?
El miércoles, el gobierno oficial de Moscú volvió a reafirmar su postura inquebrantable respecto a Ucrania, subrayando que sus demandas permanecen en un nivel maximalista y no son negociables.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en una conferencia de prensa, declaró que Moscú no modifica su marco de garantías de seguridad para Ucrania, estableciéndolo en términos que consideran completamente aceptables.
Esto implica que Rusia exige cambios radicales en la estructura política y militar de Ucrania, incluyendo la transformación del país en una nación neutral, debilitada y sin aspiraciones de ingreso a la OTAN, además de exigir una reducción significativa de sus fuerzas armadas.
Lavrov también hizo un llamamiento a la creación de un sistema de garantías colectivas de seguridad, involucrando a actores globales como China, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia—una propuesta que disgustó a los aliados occidentales, quienes insisten en un diálogo sin la participación de Moscú y Pekín, bajo principios de igualdad y transparencia.
La posibilidad de una reunión entre los líderes de Rusia y Ucrania todavía parece lejana, lo que retrasa cualquier avance en la resolución del conflicto.
Lavrov reiteró la propuesta originada en abril de 2022 para formar una coalición de países patrocinadores similar a la OTAN, pero esta idea fue rechazada por Occidente que exige decisiones por consenso.
Además, criticó duramente a la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, calificando sus declaraciones como una ‘degradación de los métodos diplomáticos.’ Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió al presidente Zelensky y a los aliados europeos que Estados Unidos garantizaría una protección similar a la prevista en el artículo 5 de la OTAN, aunque aclaró que las tropas estadounidenses no participarían en combates en territorio ucraniano.
Las Naciones Europeas, en general, conservan el escepticismo frente a la sinceridad de Moscú, y las declaraciones de Lavrov solo refuerzan estas dudas sobre una pronta solución al conflicto.