Negociaciones entre EE.UU. y Rusia en Alaska: límites de los líderes y tensiones internacionales

En la costa norte de Alaska, se llevó a cabo una reunión sumamente tensa entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
La cumbre estuvo al borde del colapso total debido a profundas divergencias relacionadas con el control de los territorios ucranianos.
Según fuentes del medio Axios, durante este encuentro polémico, Putin formuló demandas maximalistas respecto a la región de Donetsk, lo que generó frustración en el mandatario estadounidense y casi provocó la interrupción de las negociaciones.
Se informa que Putin exigía control absoluto sobre toda la provincia, en la cual aproximadamente el 75% ya está bajo ocupación rusa.
Las evaluaciones muestran que Putin se negó a ceder, lo que llevó a un enfrentamiento directo en las discusiones.
En respuesta a estas demandas extremas, Trump afirmó que si no se resuelven los asuntos relacionados con Donetsk, no tiene sentido continuar con las negociaciones.
Aunque posteriormente Putin aparentemente modificó su postura y retractó parte de sus exigencias, las agencias de inteligencia estadounidenses mantienen opiniones diversas sobre el futuro: una posible anticipación señala que Rusia podría tomar control completo de Donetsk para octubre, mientras que otras perfilan un proceso más difícil y lleno de incertidumbre.
En estos diálogos también participó la prensa internacional, en particular Reuters, que informó previamente sobre las condiciones que Putin presentó para detener la guerra, incluyendo el retiro de las tropas ucranianas de Donbas.
La postura del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, es clara: cualquier acuerdo debe basarse en la integridad territorial de Ucrania, que su Constitución respeta y que prohíbe ceder territorios, poniendo en duda la viabilidad de alcanzar pactos que contravengan las leyes nacionales.