EE. UU. se prepara para imponer sanciones extremas a los gigantes petroleros rusos si fracasa la cumbre con Putin

A pocos días de la reunión prevista entre el presidente de EE.
UU., Donald Trump, y el líder ruso, Vladimir Putin, en Alaska, las autoridades estadounidenses consideran la posibilidad de aplicar restricciones económicas severas dirigidas a las principales empresas petroleras de Rusia, tanto estatales como privadas.
Según Bloomberg, si los diálogos diplomáticos no alcanzan los resultados esperados y la situación para poner fin a la guerra en Ucrania no se resuelve, Washington tiene la intención de adoptar medidas para reducir los beneficios energéticos del Kremlin y aumentar la presión económica sobre Moscú.Fuentes informan que estas acciones podrían incluir restricciones para disminuir los ingresos de dichas compañías y controlar mejor los flujos económicos que benefician a Moscú.
Al mismo tiempo, los responsables políticos en Washington son conscientes del riesgo de que estas medidas puedan afectar los precios mundiales del petróleo, por lo que buscan implementar las sanciones con cautela para evitar impactos negativos en la economía global.
Los planes incluyen restricciones adicionales sobre las llamadas “flotas en la sombra” — barcos tankers rusos que participan en el transporte y transbordo de petróleo — así como la imposición de aranceles a países que compran petróleo ruso, como China.Las fuentes aclaran que estos pasos se implementarán progresivamente y de forma gradual, con el fin de minimizar la volatilidad en los mercados petroleros.
Trump prefiere los aranceles en lugar de sanciones directas, considerándolos herramientas más eficaces para ejercer presión.
Además, el formato de la reunión ha cambiado, pasando de un encuentro “uno a uno” a uno en el que participan “tres contra tres”, una modificación explicada por analistas de CNN.Expertos estiman que aproximadamente la mitad de las exportaciones de petróleo crudo rusas — unas 2.2 millones de barriles diarios — proviene de “Rosneft”, dirigida por Ihar Sechin, y “Lukoil”.
Estas compañías desempeñan un papel clave en la economía de exportación de Rusia.
Los analistas advierten que, ante las previsiones de un superávit récord en el mercado mundial del petróleo en 2026, según la Agencia Internacional de Energía, tales restricciones podrían permitir reducir los envíos rusos sin que los precios suban significativamente.
Sin embargo, las interrupciones en la producción rusa siguen siendo un factor de tensión geopolítica.En este contexto, los líderes estadounidenses confían en que se pueda alcanzar un acuerdo diplomático, ya que el resultado de la cumbre puede influir en futuras estrategias energéticas y políticas.
Mientras tanto, los medios y observadores continúan con cobertura en vivo y análisis, destacando cómo estas negociaciones podrían cambiar las relaciones internacionales y el escenario global del petróleo.