El Ártico: La Nueva Frontera de Recursos y Energía para EE.UU. y Rusia ante Ambiciones Geopolíticas

La competencia global por los recursos naturales del Ártico está intensificándose, abriendo oportunidades sin precedentes para el crecimiento económico y la estrategia de varias naciones.
El petróleo, el gas, los metales de tierras raras, la fauna marina e incluso el potencial agrícola están captando cada vez más la atención de Estados Unidos y Rusia.
La región del Ártico, rica en recursos naturales, se está consolidando como un nodo clave en energía y comercio, con su exploración marcando el inicio de una nueva etapa de rivalidad y cooperación internacional.Según analistas, los recursos naturales del Ártico están valorados en cientos de miles de millones de dólares.
Desde Atlantic Council, informan que en la región hay aproximadamente 90 mil millones de barriles de petróleo, lo que representa cerca del 16% de las reservas mundiales, y los recursos de gas superan los 1,669 billones de pies cúbicos, de los cuales Rusia controla la mitad.
Además, hay unos 44 mil millones de barriles de gas natural licuado (GNL), equivalente a casi el 38% de las reservas globales.
Las compañías rusas lideran la producción en el Ártico, con más del 91% del petróleo y gas extraído en 2022.
Rusia extrae el 80% del gas y el 60% del petróleo en la región.El interés en la región no solo se centra en los combustibles fósiles.
El Ártico está emergiendo como un centro para fuentes de energía renovable.
Se están desarrollando aerogeneradores, paneles solares y turbinas marinas, junto con avances en tecnologías de baterías.
Expertos como la doctora Julia Neshwayat consideran que los pequeños reactores nucleares modulares podrían revolucionar el suministro energético para comunidades remotas en condiciones extremas y, si funcionan allí, podrían expandirse globalmente.Además, la logística y el transporte marítimo tienen un gran potencial.
El derretimiento del hielo abre nuevas rutas transoceánicas.
La ruta del Mar del Norte puede reducir en un 50% los tiempos de tránsito entre Asia y Europa, disminuyendo el consumo de combustible, evitando congestiones en estrechos estrechos y reduciendo los riesgos de piratería.
Con la experiencia de las empresas petroleras estadounidenses, esto podría convertir al Ártico en una zona de influencia estratégica, donde intereses estadounidenses y rusos se cruzan y compiten.Por otro lado, los recursos minerales representan otra dimensión importante.
El Ártico cuenta con reservas significativas de metales esenciales para industrias tecnológicas y de defensa, como platino, níquel, tierras raras y fosfatos.
Empresas rusas, como Norilsk Nickel, son líderes mundiales en la extracción de níquel y otros metales, además de explorar oro y diamantes en la región.Los recursos biológicos, en particular la biodiversidad marina, adquieren mayor relevancia ante el cambio climático.
Las temperaturas más cálidas desplazan especies como el bacalao y la merluza hacia el norte, ampliando las posibilidades de pesca, especialmente para China, uno de los principales consumidores de productos del mar.
La masa de hielo en retroceso también aporta grandes cantidades de agua dulce, con glaciares y icebergs que contienen alrededor del 20% del agua potable del planeta, constituendo un factor clave para la seguridad ecológica y de recursos.La cumbre entre los líderes de EE.UU.
y Rusia, prevista para el 15 de agosto en la base militar de Elmendorf-Richardson en Alaska, marcará el rumbo de la diplomacia en el Ártico.
Aunque el foco principal será el conflicto en Ucrania, las discusiones probablemente abordarán temas económicos, militares y de seguridad en la región.
Muchos analistas consideran que la explotación descontrolada de los recursos del Ártico puede alterar el equilibrio de poder mundial y abrir nuevas oportunidades para alianzas y competencias que influirán en la política y economía internacional en los próximos años.