Misiles rusos Kalibr, Kh-101 y Kinzhal continúan atacando Ucrania con precisión: Nuevo panorama y desafíos

Desde que comenzó la etapa activa del conflicto, Rusia no ha dejado de suministrar y mejorar su arsenal misilístico para realizar ataques masivos sobre Ucrania.
Según Vadym Skibitskyi, subjefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, los invasores no solo producen grandes cantidades de misiles —como Kalibr, Kh-101 y Kinzhal— sino que también los despliegan de inmediato en combate.
Esto demuestra la poca tolerancia de Rusia respecto a retrasos en el uso de su armamento, ya que todos los misiles fabricados son enviados rápidamente al frente.Skibitskyi resalta que tanto la fabricación como el uso de estos misiles son acciones estratégicas dirigidas a incrementar la presión sobre las defensas ucranianas y a destruir objetivos clave en el interior del país.
En paralelo, Rusia intenta desarrollar su propio sistema de navegación para estos misiles, aunque los avances actuales aún están lejos de ser perfectos.
La falta de precisión a veces resulta en ataques a infraestructuras civiles, como viviendas, generando mayor peligro para la población civil.A nivel estratégico, los objetivos principales de los ataques masivos rusos no han cambiado: en primer lugar, se sitúan los sistemas de defensa aérea de Ucrania y los aeródromos.
Luego, los sistemas de gestión militar, los centros logísticos y los sectores de la industria bélica.
Esto hace que las acciones de defensa ukrainas se vuelvan cada vez más difíciles.
Además, se ha informado que en la producción del misil Oreshnik en Rusia se emplea tecnología occidental, lo que genera inquietudes respecto a la posible transferencia de tecnología y el apoyo al conflicto.Por su parte, los drones ucranianos lograron impactar en la planta de Arzamas, donde los militares rusos fabrican componentes para los misiles Kh-101 y Kh-32, demostrando la capacidad de Ucrania para interceptar y atacar objetivos estratégicos del enemigo.