Accidente aéreo en Teherán: tribunal canadiense ordena a UIA pagar compensaciones a las víctimas de 2020

El 8 de enero de 2020, en un día marcado por la tensión y el dolor, ocurrió una de las tragedias aéreas más severas en la historia reciente de Ucrania y del mundo.
Ese día, las autoridades iraníes y expertos internacionales confirmaron la destrucción del avión Boeing 737-800 NG de Ukraine International Airlines (UIA), que realizaba la ruta entre Teherán y Kyiv.
La aeronave, que llevaba armas, fue derribada por dos misiles enemigos pocos minutos después de despegar, causando la muerte de las 176 personas a bordo, incluyendo pasajeros y tripulación.
La mayoría de las víctimas eran ciudadanos iraníes y canadienses, mientras que Irán inicialmente negó cualquier implicación en la catástrofe, ocultando evidencias y datos esenciales.
Ahora, un litigio judicial ha llevado a la decisión del Tribunal de Apelación de Ontario en Canadá, que ordenó a UIA pagar indemnizaciones a los familiares de las víctimas.
El tribunal confirmó que la aerolínea actuó con manifiesta negligencia, permitiendo que la aeronave despegara en una situación cada vez más peligrosa e inestable.
Se señaló que la compañía aérea desobedeció recomendaciones importantes y no realizó una evaluación adecuada de riesgos en vuelos sobre zonas conflictivas, lo que contribuyó directamente a la tragedia.
Recientemente, en Teherán, familiares y personas afectadas protestaron en masa, siendo dispersados por fuerzas de seguridad, quienes reprimieron las manifestaciones con violencia.
Estas familias exigen justicia y una compensación justa por sus seres queridos.
Este caso permanece como uno de los episodios más polémicos y complejos en la escena internacional, con diversas discusiones y demandas legales por esclarecer la verdad y obtener reparación.
Irán continúa negándose a revelar información y rechaza negociaciones para una compensación integral, complicando aún más la búsqueda de justicia.
La lucha por responsabilizar a los culpables sigue vigente, y las preguntas sobre quién es realmente responsable y qué reparaciones corresponden todavía no encuentran respuesta definitiva.