¿Por qué los ojos de los gatos y tiburones brillan en la oscuridad? Una perspectiva científica sobre una adaptación asombrosa

Muchas personas sienten curiosidad por entender por qué en la oscuridad los ojos de gatos y tiburones brillan con tanta intensidad. Este fenómeno sorprendente es resultado de una adaptación evolutiva específica que mejora su visión en condiciones de poca luz. En la raíz de esta capacidad se encuentra una capa especial llamada tapetum lucidum, que se ubica justo detrás de la retina. Este tejido funciona como un espejo natural, reflejando la luz de vuelta hacia las células fotorreceptoras, incrementando así la capacidad visual para captar los débiles destellos de luz. Por eso, los ojos de tiburones, gatos y otros animales parecen emitir un resplandor en la noche. Este fenómeno tiene raíces evolutivas profundas y está presente en una variedad de especies, desde animales marinos hasta mamíferos. La ciencia denomina esto una evolución convergente, porque distintas especies, en diferentes hábitats, han desarrollado soluciones similares para sobrevivir en ambientes nocturnos. Por ejemplo, en los tiburones blancos, el tapetum está compuesto por cristales de guanina, ayudándoles a cazar en la oscuridad en horas crepusculares. En gatos y otros mamíferos, esta capa se forma a partir de riboflavina y zinc, nutrientes que obtienen a través de su alimentación. Cabe destacar que la visión nocturna, aunque útil, tiene desventajas: en condiciones de luz brillante, los gatos ven peor y tienen dificultades para distinguir objetos cercanos, por lo que confían más en su olfato y sentido del tacto. Además, la influencia humana en la evolución—especialmente mediante la cría selectiva—ha llevado a que los cráneos de gatos y perros se vuelvan cada vez más similares, incluso parecidos a los bebés humanos. Este fenómeno, también resultado de evolución convergente, refleja cómo la intervención humana puede modificar la naturaleza, aunque también genera problemas genéticos y de salud en razas ornamentales.