Políticos checos advierten sobre posible cambio en apoyo a Ucrania tras elecciones

En la República Checa, crecen las preocupaciones respecto al futuro del apoyo al país en medio de las próximas elecciones parlamentarias, programadas para el 3 y 4 de octubre. El presidente Petr Pavel reconoció públicamente que no puede garantizar la continuidad de la política actual de apoyo a Ucrania después de las votaciones, ya que un nuevo gobierno podría surgir con prioridades y orientaciones distintas. Enfatizó que actualmente sus esfuerzos están dirigidos a mantener un enfoque unificado en temas de seguridad y defensa, ya que apoyar a Ucrania se considera una parte esencial de la seguridad nacional checa. Pavel destacó que el año pasado, Chequia aportó 1.5 millones de proyectiles a las Fuerzas Armadas de Ucrania y que este año planea suministrar otros 1.8 millones. Gracias a estos esfuerzos, la proporción entre el armamento suministrado a Ucrania y Rusia se ha reducido de 1:10 a 1:2 en solo dos años, un indicador de un apoyo significativo. Además, el mandatario manifestó que está dialogando acerca del apoyo a Ucrania con líderes de diversos partidos políticos que podrían integrarse en el futuro gobierno, subrayando la importancia de mantener los mismos principios en política exterior y de seguridad, independientemente de los resultados electorales. Sin embargo, reconoció que mucho dependerá del resultado de las elecciones y en este momento no puede ofrecer garantías definitivas. Según la BBC, el candidato más probable a primer ministro de Chequia es Andre Babiš, líder del movimiento ANO y ex primer ministro. El gobierno actual es liderado por Petr Fiala, quien apoya firmemente a Ucrania. Los analistas señalan que, aunque Babiš en el pasado intentó captar votantes insatisfechos con la ayuda checa a Ucrania, no muestra tendencias claramente pro-rusas. Actualmente, Babiš cuenta con el apoyo del 31% de los checos, mientras que la coalición gobernante tiene aproximadamente un 20%. Recientemente, el Tribunal Supremo de Praga anuló una decisión relacionada con un caso de fraude en subvenciones de la UE por 2 millones de euros, algo que podría favorecer sus aspiraciones políticas, pero no altera fundamentalmente su postura respecto a Ucrania.