Sin brújula ni velas: ¿Podrá el principal partido alemán encontrar un nuevo rumbo en un mundo en transformación?

En Alemania, atraviesan un momento de profunda crisis identitaria una de sus fuerzas políticas más antiguas e influyentes: el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Hasta hace poco considerado como un partido «popular», el SPD se enfrenta a un período de transformación interna y búsqueda de nuevos caminos estratégicos frente a los desafíos actuales. La convención celebrada a finales de junio no fue solo una formalidad, sino también una oportunidad para reflexionar: ¿cuál es la misión moderna de los socialdemócratas y hacia dónde debe dirigirse su política principal? Después de los resultados electorales decepcionantes en 2025, los peores en la historia de la posguerra, con solo un 16% de apoyo, las encuestas muestran una caída de los niveles de aprobación a solo aproximadamente un 15%. Esta situación ha generado preocupaciones en la dirección y en los miembros del partido. Los debates internos giran en torno a la política exterior, la brecha entre regiones ricas y pobres, y la redefinición de valores y principios. El Secretario General, Tim Klüßendorf, admitió públicamente que al partido le falta una visión clara, lo que agrava aún más la crisis interna. La situación actual del SPD refleja una profunda división entre los valores tradicionales y las realidades políticas modernas. Tras décadas participando en coaliciones de gobierno —incluida la llamada 'gran coalición' con Olaf Scholz—, su imagen como defensor de los intereses de la ciudadanía común se ha desvanecido. Los constantes compromisos han despojado a la formación de autenticidad y de la capacidad de movilizar a su electorado en torno a una agenda clara y convincente. Los debates más relevantes abordan temas relacionados con la política militar y de defensa, el aumento del gasto militar, las reformas en el Ministerio de Defensa, y los compromisos con la OTAN. Las propuestas del ministro Boris Pistorious, incluyendo ideas sobre el reclutamiento militar y la modernización de las fuerzas armadas, han enfrentado resistencia del ala izquierda y de los jóvenes del partido. Esa crisis interna también se refleja en la política exterior. El llamado 'Manifiesto por la Paz', firmado por veteranos del ala izquierda, como Rolf Mützenich y Ralph Stegnar, propone una postura cautelosa respecto a Rusia, critica a la OTAN y aboga por un acercamiento — lo que generó duras críticas de los líderes del partido. El vicecanciller y co-líder del SPD, Lars Klingbeil, junto con el ministro de Defensa, Pistorious, calificaron el documento como «marginal» y «desconectado de la realidad», agravando las diferencias internas entre quienes apoyan una política más dura y quienes prefieren el diálogo y la cooperación. La pregunta principal para el SPD es cómo reconquistar la confianza de los votantes. ¿Cuál debe ser su orientación ideológica en el futuro? ¿Retornar a sus raíces como defensor de los derechos laborales y la justicia social? ¿O adoptar una postura más proeuropea y pro-ucraniana? El analista Wolfgang Magath subraya: «En este momento crítico, el partido necesita mostrar unidad y definir una visión estratégica clara; de lo contrario, corre el riesgo de perder su identidad y su apoyo electoral por completo». Restablecer la cohesión interna y reafirmar sus valores fundamentales son pasos esenciales para que el SPD supere su crisis actual y recupere su posición en la política alemana.