Putin persevera: ¿Guerra sin fin o estrategia desesperada?

Chas Pravdy - 02 julio 2025 11:50

La amenaza de guerra que emana desde Rusia no solo está socavando la resistencia de Ucrania, sino que también se ha convertido en una exhibición prolongada de las ambiciones políticas de Vladimir Putin y su visión personal de grandeza imperial. En lugar de aceptar la generosa oferta de paz presentada por Donald Trump, el líder ruso optó por el escenario más brutal: una guerra total que ha convertido a Europa del Este en un campo de batalla sangriento de destrucción y caos. La ofensiva de verano de Rusia, que avanza lentamente hacia Sum, provoca pérdidas devastadoras, aunque solo avance unos pocos kilómetros cuadrados diarios, estos sacrificios cuestan miles de vidas y heridos cada jornada. ¿Qué motiva al Kremlin a seguir lanzando esta guerra implacable? Según el reconocido historiador y periodista Owen Matthews, la respuesta radica en las burbujas informativas en las que operan Putin y su círculo cercano. Les siguen convencidos de que la victoria es posible y estratégica si persisten en la lucha. Los optimistas llaman el avance de verano como el fin de la ofensiva rusa, mientras que los realistas temen que solo sea el comienzo. El próximo gran golpe podría dirigirse hacia Donbas, empujando a Ucrania a redistribuir sus escasos recursos en una lucha continua y compleja a lo largo de más de 1200 kilómetros de frontera. Una de las incógnitas es cómo la maquinaria militar de Putin sigue funcionando a pesar del agotamiento y la mala dirección. Incluso blogueros militares patriotas reportan diariamente horrores de comandantes enviando tropas a ataques sangrientos y exigiendo sobornos para evitar la muerte. Las sanciones por leves transgresiones incluyen golpizas públicas, hacinamiento en zanjas o ataduras a árboles durante días; quienes se quejan, enfrentan ejecución o tareas mortales. Los generales fabrican informes que afirman éxitos en la captura de aldeas, mientras que la logística en el frente es un caos, produciendo más bajas entre los heridos y retrasos en las evacuaciones. El ejército ruso sigue siendo una pesadilla — una fuerza brutal y corrupta que aunque muestra resistencia en el campo de batalla, evidencia una estructura en crisis. Matthews señala que, pese a las críticas individuales, la mayoría de los partidarios de la guerra permanecen leales, evitando cuestionar a Putin. Aunque el desaliento, la deserción y el uso de drogas son comunes en el frente, la moral en la retaguardia se mantiene alta. Ambas partes parecen como peleadores agotados en un ring, intercambiando golpes, esperando que el enemigo quede sin recursos ni fuerzas. Rusia, con su economía y recursos humanos, parece decidido a luchar hasta el final amargo, sin tener en cuenta la prudencia ni el pragmatismo. Los analistas occidentales han advertido que la ofensiva de verano de Rusia está fracasando. A pesar de los ataques múltiples y de gastar recursos en intensidad, los objetivos de Putin permanecen ilusorios. La guerra continúa consumiendo recursos en ambos lados y extendiendo un ciclo de devastación interminable.

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