Perspectivas de Responsabilidad Legal por la Agresión de Rusia: Enfoque en 2014 y la Voluntad Política

El año 2014 representó un punto de inflexión en la historia moderna de Ucrania, ya que fue ese año cuando surgió una agresión a gran escala por parte de la Federación Rusa, que llevó a la anexión de Crimea, a conflictos armados en las regiones de Donetsk y Lugansk, y a la creación de administraciones temporales en las áreas ocupadas. Los eventos clave que claramente definen el inicio de esta agresión son las fechas del 20 y 27 de febrero de 2014, que aparecen con prominencia en documentos legales y políticos. El jurista Gunduz Mamedov, reconocido abogado de Ucrania y exviceministro de Fiscalía entre 2019 y 2022, en su artículo señala que estas fechas poseen un significado central en la determinación del comienzo de la agresión. La legislación ucraniana, en particular la Ley de Ucrania «Sobre la protección de derechos y libertades de los ciudadanos y el régimen jurídico en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania», establece que el inicio de la ocupación de Crimea fue el 20 de febrero de 2014. De forma similar, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en sentencia en el caso «Ucrania y Países Bajos contra Rusia» reconoció que Rusia tenía control efectivo sobre Crimea a más tardar el 27 de febrero de 2014. Estas fechas sirven como referencias cruciales en los argumentos jurídicos sobre el comienzo de la agresión. Además, cabe señalar que en el Estatuto existe flexibilidad en las formulaciones, y la interpretación final depende de la voluntad política y las circunstancias. Los expertos consideran que este enfoque no solo permite justicia simbólica, sino también un reconocimiento completo de las fuentes de la guerra, aspecto fundamental para la responsabilidad histórica y legal. Es importante destacar que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha firmado los documentos necesarios para la ratificación de la creación de un Tribunal Especial que procese el crimen de agresión de Rusia contra Ucrania. Este avance culmina una lucha que duró tres años, iniciada en los momentos más difíciles de la guerra, cuando la comunidad internacional todavía no decidía con claridad cómo responder eficazmente.