Las pesadillas frecuentes podrían ser señal de intolerancia a la lactosa: nuevos estudios revelan conexiones con el sueño y las reacciones alimentarias

Chas Pravdy - 02 julio 2025 12:32

En el mundo actual, cada vez se presta más atención a cómo nuestros hábitos alimenticios afectan la calidad del sueño y nuestra salud en general. Investigaciones recientes llevadas a cabo por científicos de la Universidad MacEwan en Canadá han puesto de manifiesto una posible relación entre las pesadillas frecuentes y la intolerancia a la lactosa. Este estudio, que involucró a más de mil participantes, representa un paso importante para comprender cómo los factores nutricionales pueden influir en los procesos subconscientes durante el sueño. Los investigadores realizaron encuestas a estudiantes, considerando diversos factores como edad, género, alergias, preferencias dietéticas, hábitos culinarios y la dieta diaria. Los resultados demostraron que existe una correlación estadísticamente significativa entre el consumo de productos lácteos durante el día y la aparición de pesadillas recurrentes por la noche. Según los científicos, esta relación está mediada por reacciones fisiológicas relacionadas con la intolerancia a la lactosa. El jefe del estudio, el profesor Tore Nielsen, y su equipo de varias universidades, incluyendo la de Columbia Británica y Montreal, sugieren que el malestar digestivo causado por la intolerancia a la lactosa, como hinchazón, dolor y náuseas, puede afectar la calidad del sueño. Estas molestias gastrointestinales provocan microdespertares durante el sueño, que, según el equipo, pueden desencadenar pesadillas y reducir la calidad general del descanso. La lactosa es un azúcar presente en la leche, que en condiciones normales se descompone en glucosa y galactosa gracias a la enzima lactasa. En los bebés, esta capacidad está completamente desarrollada, pero en la mayoría de los adultos, la producción de lactasa disminuye con el tiempo. Como resultado, muchas personas adultas no pueden digerir completamente la lactosa, lo que provoca su fermentación y molestias relacionadas. Esta reacción es más común en poblaciones que carecen de una adaptación evolutiva para consumir leche en la vida adulta, como los habitantes del norte de Europa. Esta característica genética surgió hace aproximadamente entre 7 y 10 mil años en regiones con climas fríos, donde los productos lácteos eran una fuente esencial de proteínas, grasas, calcio y vitamina D. En suma, estas investigaciones abren nuevas perspectivas para abordar la salud del sueño de manera personalizada, teniendo en cuenta hábitos alimenticios y reacciones individuales. Aunque la intolerancia a la lactosa no siempre provoca pesadillas, la incomodidad digestiva asociada puede afectar significativamente la calidad del sueño mediante microdespertares frecuentes, lo que a la larga puede dar lugar a sueños aterradores y alteraciones emocionales. Por ello, las recomendaciones dietéticas y las estrategias personalizadas pueden resultar fundamentales para mejorar la calidad del sueño y la calidad de vida en general.

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