Mamedov analiza las debilidades del Tribunal Especial sobre crímenes de Rusia e identifica a la «tríada» responsable

Chas Pravdy - 01 julio 2025 17:59

El exviceministro de la Fiscalía General, Gündüz Mamedov, ha realizado un análisis exhaustivo del futuro Tribunal Especial encargado de juzgar los crímenes cometidos por la Federación Rusa. Según sus palabras, una de las vulnerabilidades más importantes de esta estructura jurisdiccional radica en la denominada «tríada», compuesta por el presidente Vladimir Putin, el primer ministro Mikhail Mishustin y el ministro de Relaciones Exteriores Sergey Lavrov. Aunque el estatuto del tribunal prevé que las personas que hayan tomado decisiones sobre el uso de la fuerza militar contra Ucrania, en violación del Estatuto de la ONU, puedan ser responsables, existe una condición fundamental que debilita todo el proceso. Mamedov señala que, jurídicamente, este tribunal puede investigar sus acciones, pero no podrá enjuiciarlos mientras sigan en sus cargos. El estatuto establece que el proceso se suspenderá hasta que estos funcionarios pierdan su condición, lo cual genera dudas sobre la posibilidad de que se dicte una sentencia definitiva rápidamente. Este punto débil, relacionado con la inmunidad y las limitaciones procesales, es considerado por expertos como uno de los aspectos más vulnerables del mecanismo. Hasta que la “tríada” deje sus puestos, la justicia no podrá ser completamente alcanzada. Mamedov agrega que el interrogante sobre si los altos funcionarios rusos pueden ser investigados y procesados con inmunidad ha generado mucha controversia en la comunidad jurídica. Muchos consideran que esa inmunidad viola las leyes internacionales, en particular la Convención de la ONU sobre inmunidades jurisdiccionales y la Convención Europea sobre inmunidad de los Estados. En 2002, el Tribunal Internacional de Justicia dictaminó en el caso “República Democrática del Congo contra Bélgica” que los ministros de Exteriores en funciones gozan de inmunidad total frente a la jurisdicción criminal de otros estados, incluso por crímenes internacionales graves. Esta resolución confirma que la inmunidad sirve como un mecanismo procedural, no como exención personal de responsabilidad, aunque dificulta la persecución mientras los funcionarios estén en funciones. Sin embargo, ciertos tribunales internacionales pueden procesar a ministros en funciones o exministros si tienen jurisdicción. Por otro lado, se espera que el tribunal pueda emitir juicios jurídicos sobre otros líderes político-militares rusos, incluyendo a los miembros del Consejo de Seguridad, que superan las 30 personas, así como a funcionarios de Bielorrusia y Corea del Norte. Mamedov enfatiza que si se demuestra que las acciones de Rusia no constituyen legítima defensa —como Rusia intenta presentar— entonces incluso las inmunidades más potentes no salvarán a la «tríada» de la responsabilidad. La situación evidencia la necesidad de continuar esfuerzos diplomáticos y jurídicos para resolver el problema de inmunidades, que sigue siendo uno de los aspectos más polémicos y complejos del sistema de justicia internacional en relación con los crímenes de guerra rusos. Para conocer más detalles sobre las opiniones de Mamedov, se puede consultar el enlace proporcionado.

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