Guerra de información rusa en julio: Temas clave de propaganda y manipulaciones geopolíticas

Tras los primeros meses de intensa guerra informativa, Rusia continúa desplegando tácticas de desinformación y manipulación para lograr sus objetivos. Según el Centro para Contrarrestar la Desinformación de la Secretaría de Seguridad Nacional de Ucrania, durante la primera mitad de julio, los propagandistas rusos planean centrarse en varios temas fundamentales destinados a influir en el discurso internacional y nacional. Uno de los principales será desacreditar la integración europea de Ucrania. Medios y políticos prorrusos seguirán difundiendo mensajes sobre la 'amenaza' que representa para la Unión Europea, en particular, alegando que la adhesión de Ucrania crea una 'desestabilización militar y económica'. Además, la campaña reforzará la narrativa de que la integración de Ucrania en la UE es 'nociva para la economía' y que la apoyarla genera conflictos y caos internos, creando así dudas entre los ciudadanos europeos sobre la voluntad de apoyar a Ucrania. También se intensificará la narrativa que presenta a Ucrania como un 'país terrorista' involucrado en 'actos terroristas', incluyendo acusaciones de terrorismo internacional y combatiendo en el escenario global. La intención es consolidar en la percepción pública internacional que Ucrania es la responsable del conflicto, acusándola de usar tácticas terroristas, y presentar a Rusia como defensora de la estabilidad. Paralelamente, Rusia reforzará su campaña contra la movilización en Ucrania, difundiendo videos con escenas de detenciones forzadas—ya sean fabricadas o sacadas de contexto—con el fin de generar una imagen de descontento masivo y caos interno en Ucrania. Esto busca desmoralizar a la población y fomentar la inestabilidad. Otro eje importante será la promoción del grupo BRICS como un centro de poder alternativo al dominio occidental. Los medios rusos promoverán la idea de un mundo multipolar, liderado por Rusia, como un paso hacia un orden global más justo y equilibrado, y atacarán la supremacía del dólar, presentándose como una alternativa para resolver problemas mundiales. Además, intentarán minimizar la ausencia de Xi Jinping de la cumbre, argumentando que su presencia no es esencial y resaltando la cooperación entre líderes. Se promoverá además la narrativa de que los países BRICS representan los intereses de la mayoría de la humanidad, en contraposición a las supuestas élites del G7, que serán retratadas como cerradas y excluyentes, fomentando sentimientos antioccidentales en Asia, África y América Latina. En relación con las sanciones, la propaganda rusa será más activa, desacreditando el paquete 18 de sanciones de la UE, alegando que son improductivas, discriminatorias y motivadas por odio racial. Además, insistirán en que estas sanciones no afectan a Rusia, sino que agravan la crisis económica europea y perjudican a los ciudadanos comunes, privándolos de servicios bancarios, tecnologías, educación y viajes. También destacarán los supuestos fracasos de la política sancionatoria, apoyándose en indicadores económicos como la fortaleza del rublo y el crecimiento del PIB ruso, y argumentarán que la crisis en Europa es consecuencia de dichas medidas. La seguridad en Europa seguirá siendo un tema de desinformación, con Rusia afirmando que Europa busca preparar una guerra contra Rusia, no defenderse, resaltando aumentos militares en países de la OTAN y acusando a pequeñas naciones como las bálticas de provocar tensiones. En la esfera de las relaciones internacionales, Rusia difundirá narrativas antiestadounidenses y antioccidentales, en medio de la escalada entre EE. UU., Israel e Irán, presentándose como un estabilizador regional y aliado de Teherán en la lucha contra 'el enemigo común' — Occidente. También se intensificará la desinformación dirigida a Armenia, explotando eventos recientes, como la detención de figuras prominentes y alineadas con Moscú, para desacreditar a su liderazgo y justificar intervenciones. En el contexto del Día de la Independencia de Bielorrusia, próximos a celebrarse, Rusia y sus aliados aumentarán los discursos anti-ucranianos, acusando a Ucrania y a Occidente de intentar desestabilizar Bielorrusia, presentando a este país como víctima de una conspiración exterior y justificando así las acciones represivas internas. En términos regionales en el Cáucaso Sur, la propaganda ruso buscará deteriorar la imagen de Azerbaían, acusándolo de injerencia extranjera, fomentando narrativas de mafia étnica y riesgo de disgregación, con la finalidad de debilitar a su gobierno y fomentar conflictos internos. Por último, Rusia intensificará operaciones híbridas para socavar las aspiraciones europeas de Moldavia, con acciones coordinadas por dirigentes del Kremlin destinados a impedir la integración europea del país y fortalecer las fuerzas prorusas internas.