Estrategia profunda de encubrimiento del gas: esfuerzos de Rusia para regresar al mercado de la UE y el complejo juego de intereses políticos y económicos

Chas Pravdy - 30 junio 2025 08:25

En medio de una grave crisis energética provocada por sanciones y interrupciones en los suministros rusos, los países de la Unión Europea enfrentan nuevos desafíos en materia de seguridad energética. Rusia, a pesar de sus dificultades financieras y presiones internacionales, busca activamente formas de reinsertarse en el mercado gasista europeo mediante manipulaciones estratégicas y esquemas complejos. La pieza central de este esfuerzo es lo que se denomina 'encubrimiento del gas', una táctica que implica entregas de compensación y acuerdos encubiertos destinados a sortear sanciones y obstáculos políticos. Las empresas energéticas europeas, que han ganado demandas contra Gazprom por un total de aproximadamente 18 mil millones de euros, desean recuperar las sumas adeudadas. Solo la alemana Uniper debe recibir 13 mil millones de euros tras una sentencia del arbitraje de Estocolmo. Mientras tanto, Gazprom resiste activamente a los pagos directos, retrasando y bloqueando los resultados del arbitraje, pero en última instancia tendrá que cumplir con sus obligaciones financieras. Dada la delicada situación financiera de Rusia y los fracasos en reemplazar el mercado europeo con rutas asiáticas, Moscú emplea estrategias agresivas para recuperar influencia. Incluyen maniobras con Azerbaiyán, Irán y otras rutas, aunque su efectividad sigue siendo limitada y principalmente sirven como campañas de relaciones públicas. En ese sentido, Rusia recurre a engaños y 'encubrimientos', como el uso planificado de tránsito azerí disfrazado de suministros legítimos entre Azerbaiyán y Rusia, que fracasó por varias razones. Con la intención de restaurar el control sobre el mercado europeo, Gazprom propone un concepto novedoso: pagos en gas natural a través de entregas de compensación, es decir, envíos de gas 'en especie' equivalentes a las deudas. Según el plan, esto podría involucrar aproximadamente 70 mil millones de metros cúbicos, a un precio estimado de 271 euros por 1000 m³, en línea con los precios de exportación proyectados por Rusia en 2025. Oficialmente, este esquema podría reducir las presiones financieras sobre Gazprom y permitirle una reentrada parcial en el mercado de la UE mediante acuerdos engañosos. Los países europeos y las compañías afectadas cuestionan la legitimidad de este esquema, insistiendo en cumplir con sus obligaciones contractuales originales y oponiéndose a las maniobras políticas motivadas por razones geopolíticas. Las limitaciones de infraestructura siguen siendo críticas: la mayoría de los gasoductos, incluido Nord Stream 2 por ahora, están inactivos por disputas políticas. Polonia, completamente comprometida con excluir el gas ruso, incluso exige reclamar 1,55 mil millones de euros a Gazprom por incumplimiento en el contrato del gasoducto Yamal-Europe. El escenario optimista de Moscú implica crear ilusiones de cooperación, utilizando herramientas como posibles demandas millonarias y presiones políticas sobre Ucrania para mantener los flujos de tránsito y cobrar tarifas. Mientras Bruselas continúa imponiendo prohibiciones sobre el gas ruso, Rusia busca rutas y métodos alternativos para mantener su influencia, empleando a menudo mecanismos indirectos y encubiertos. El conflicto en Ucrania sigue siendo el factor político decisivo. En general, la estrategia energética de Rusia demuestra su incapacidad para adaptarse rápidamente y cambiar sus enfoques, apoyándose en esquemas sofisticados diseñados para mantener su influencia y beneficios económicos en medio de sanciones y aislamiento global. Ucrania y la UE deben permanecer vigilantes y defender su soberanía frente a estas maniobras de presión económica y política, resistiendo las amenazas híbridas y estratégicas.

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