Trump promete encontrar una solución al conflicto con Corea del Norte

Chas Pravdy - 28 junio 2025 02:15

El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró abiertamente recientemente su intención de hacer todo lo posible para resolver el prolongado conflicto entre Washington y Pyongyang. En declaraciones a la prensa en la Oficina Oval de la Casa Blanca el 13 de junio, enfatizó que su relación personal con el líder norcoreano Kim Jong-un tiene el potencial de influir en futuros brotes de conflicto en la región. "Tuve una buena relación con Kim Jong-un y me llevo muy bien con él. Así que veremos qué sucede", declaró, según Reuters. El presidente estadounidense añadió que dedica muchas horas a consultas con el Secretario de Estado, líderes del Pentágono y otros altos funcionarios para buscar maneras de aliviar las tensiones en la península de Corea. Cabe destacar que las relaciones con Corea del Norte siguen siendo uno de los problemas diplomáticos más difíciles de la administración Trump. Según NK News, con sede en Seúl y especializada en el análisis de la situación en el país, la delegación norcoreana ante la ONU en Nueva York se ha negado repetidamente a aceptar la carta de Trump dirigida personalmente al líder de la RPDC, Kim Jong-un. Esto indica la persistencia de la tensión en los contactos bilaterales e incluso la inestabilidad de la comunicación diplomática entre ambos países. Es importante destacar que durante su primer mandato presidencial, de 2017 a 2021, Trump mantuvo tres reuniones personales con Kim Jong-un, durante las cuales se desarrollaron una serie de negociaciones que dieron lugar a nuevas formas de diálogo. Al mismo tiempo, Trump calificó abiertamente las cartas con Pyongyang de "maravillosas" e interactuó directamente con el líder de la RPDC, buscando aliviar las tensiones en la región. Sin embargo, con el tiempo, la situación se deterioró. En 2018, Trump reconoció que Corea del Norte ya se había convertido en una potencia nuclear y comenzó a aplicar una estrategia más dura contra el régimen de Kim Jong-un. Además, en enero de este año, el expresidente estadounidense calificó al líder norcoreano de "hueso duro de roer", enfatizando que la situación con el programa nuclear del país sigue siendo muy difícil. El 11 de junio, la Casa Blanca declaró oficialmente que Trump estaba "con los brazos abiertos" y listo para nuevos contactos con Kim, pero confirmó que hasta el momento no se había recibido ninguna carta ni solicitud oficial de reunión. Esto enfatiza el deseo de la administración de intensificar los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un acuerdo, pero al mismo tiempo se mantiene cautelosa sobre los posibles pasos. Paralelamente, la situación en Asia Oriental vuelve a plantear graves problemas de seguridad: el reciente vuelo de bombarderos estratégicos B-2 estadounidenses sobre Irán para atacar instalaciones relacionadas con el programa nuclear de Teherán ha suscitado alarmantes reflexiones en círculos de expertos. Advierten que una acción militar de este tipo por parte de Washington podría tener el efecto contrario, reforzando aún más la determinación de Corea del Norte de acelerar su propio desarrollo nuclear. Las mentiras de los expertos sugieren que este desarrollo profundiza aún más la cooperación de Kim Jong-un con Moscú y lo convence aún más de la necesidad de preservar las armas nucleares como única garantía del régimen contra la presión externa. Según los expertos, el régimen de Kim ya posee varias ojivas nucleares y misiles capaces de alcanzar Estados Unidos. Esto significa que cualquier posible operación militar contra Corea del Norte conllevaría riesgos y consecuencias extraordinarios que no pueden subestimarse. La alta probabilidad de escalada del conflicto y las significativas pérdidas humanas y materiales hacen que cualquier acción militar sea extremadamente arriesgada, por lo que es aconsejable buscar vías diplomáticas para resolverla. Por lo tanto, la situación en la península de Corea sigue siendo una de las principales prioridades de la política exterior estadounidense y de las organizaciones internacionales. Hasta el momento, los esfuerzos diplomáticos de Trump y su equipo siguen buscando un compromiso, pero la amenaza de un acuerdo armado persiste, y cualquier paso en esta dirección debe sopesarse cuidadosamente.

Source