Rusia devuelve a la primera línea tanques antiguos T-62 debido a pérdidas masivas y déficit técnico

El regreso masivo a la guerra de tanques T-62 ha llevado al ejército ruso a buscar una salida a la crisis de armamento blindado debido a pérdidas significativas en la guerra contra Ucrania y a la crisis general del parque de maquinaria de combate. Así lo informaron en la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, subrayando que los sistemas para buques militares y equipamiento están siendo reemplazados por tanques soviéticos, que todavía hace décadas fueron retirados de servicio. Considerando la reducción de las reservas de vehículos de combate modernos de los años 1970, las autoridades militares rusas han intensificado el proceso de desclasificación y retorno al uso de viejos modelos de maquinaria, previamente considerados obsoletos. La restauración de estos blindados se realiza en la fábrica de reparación de blindados número 103, ubicada en la localidad de Atamánovka, en la región de Transbaikalia. Desde allí, según la inteligencia ucraniana, los tanques T-62 son transportados desde los almacenes del Distrito Militar Oriental y otros depósitos hacia las zonas de combate. Solo el 27 de junio de 2025, se registró el desplazamiento de más de veintiún tanques T-62 desde el territorio del Distrito Militar Oriental hacia las regiones occidentales de Rusia, lo que indica una activación masiva en su uso. La mayoría de estos vehículos se encuentran en estado técnico insatisfactorio, ya que han estado almacenados durante décadas a la intemperie sin un mantenimiento y soporte adecuados. Esto afecta negativamente su capacidad de combate y fiabilidad. A pesar de su evidente obsolescencia moral y técnica, el mando de las fuerzas rusas se ve obligado a usar los T-62 debido a una aguda escasez de tanques modernos como el T-90M y el T-72B3M. Estas máquinas, aunque constituyen la reserva principal, se agotan rápidamente por las pérdidas en combate y por las limitadas capacidades productivas. En algunos casos, los T-62 son utilizados como puntos fijos de fuego para fortalecer la defensa de las unidades de ocupación, lo que demuestra una profunda crisis en el complejo militar-industrial de Rusia. Los datos sobre el retorno de tanques antiguos son una señal clara de las crecientes dificultades de Rusia para proveer tecnología moderna y mantener la preparación combativa. La parte ucraniana señala que incluso las unidades mejor preparadas enfrentan problemas de equipamiento — por ejemplo, la 154ª Brigada de las Fuerzas Armadas de Ucrania ya no cuenta con suficientes medios de protección, como blindaje de 33 mm para contrarrestar ataques con ametralladoras, lo que complica aún más la situación en el frente. Esta situación confirma que Rusia no solo pierde sus modelos avanzados de blindados en combate activo, sino que también se ve obligada a devolver a la línea de frente máquinas obsoletas de modelos antiguos antes de lo previsto. Todo esto refleja una crisis creciente en el complejo militar-industrial ruso, que se profundiza en medio de una guerra prolongada, sanciones internacionales y limitaciones en la importación de componentes. Frente a tales eventos, se vuelve evidente que, a pesar de las amenazas y desafíos globales, Ucrania continúa fortaleciendo sus capacidades defensivas, mientras que las tropas rusas enfrentan serias dificultades para asegurar equipamiento moderno y adecuado para una lucha efectiva.