Experiodista y militar de la Brigada de Odessa indignado por la grosería del alcalde Trukhanov con respecto al monumento a Pushkin
Una historia interesante y a la vez inquietante ocurrió en el centro de Odessa, lo que pone de relieve una vez más el profundo conflicto y la tensión que vive la sociedad ucraniana en el contexto de una guerra a gran escala. Se ha informado sobre un incidente entre el militar, el experiodista Myroslav Otkovych, y el alcalde de Odessa, Gennady Trukhanov, quien, de forma inadecuada y grosera, se negó a responder a una pregunta sobre el monumento al famoso poeta ruso Alexander Pushkin. El 21 de junio, durante otra visita a la ciudad, el mineralogista militar Myroslav Otkovych, quien actualmente presta servicio en la 122.ª Brigada, decidió plantear la pregunta principal: ¿por qué el monumento a Pushkin sigue en pie en el centro de Odessa, considerado por la mayoría de los ucranianos un símbolo de la lengua y la cultura rusas, a menudo asociadas con la rusificación y la agresión? Un video del incidente, publicado por la redacción de UP, muestra a un soldado acercándose al alcalde y haciéndole preguntas por teléfono, pero recibiendo una agresión y una grosería no autorizadas por parte de Trukhanov. "¿Por qué aún conservan estos monumentos a Pushkin? ¿Por qué no los desmantelan cuando la decisión se tomó hace mucho tiempo? ¿Es un símbolo importante para ustedes?", pregunta Otkovych, enfatizando su postura sobre la necesidad de descolonizar la ciudad y derrocar los símbolos asociados con la cultura rusa. El alcalde respondió a su pregunta sin ningún tipo de reservas diplomáticas: "¿Qué haces aquí? ¿No estás en las trincheras? ¡Pushkin no sirve para nada!". Tras estas palabras, Trukhanov interrumpió el diálogo y comenzó a preguntar con ironía si la ópera era tan importante para los militares como el monumento al poeta. Esta respuesta provocó aún más indignación en el periodista jubilado, quien dejó un comentario para UP. Según Otkovych, en ese momento enfatizó que para las autoridades rusas, en particular para Vladímir Putin, Odesa sigue siendo una ciudad rusa, y con este ejemplo demuestra una vez más que las autoridades ucranianas y la ciudadanía deben ser más activas en la celebración de su identidad e independencia cultural. El ejército condena cualquier tolerancia hacia los símbolos de la política imperial, que aún se alzan abiertamente en el centro de la ciudad, y insta a las autoridades a desmantelar los monumentos pertinentes, eliminando así el patrimonio soviético y ruso del mapa de la ciudad. El video del incidente, compartido por Nadatne en redes sociales, muestra una escena directa del conflicto y la descortesía del alcalde, lo que causó gran conmoción en la sociedad y planteó la cuestión del futuro destino de los monumentos a la cultura rusa en Odesa. Al mismo tiempo, este evento se convirtió en un tema de debate sobre la necesidad de desrusificar la ciudad, especialmente en el contexto del próximo aniversario de la liberación y la lucha contra los mitos sobre el "mundo ruso". El conflicto tiene una larga historia. A finales de septiembre de 2024, el Ayuntamiento de Odesa decidió desmantelar 19 monumentos arquitectónicos que simbolizaban el imperialismo ruso. La lista incluía monumentos a Máximo Gorki, Isaac Babel, Chkálov, Vysotsky, así como varios monumentos a Pushkin e incluso a las órdenes soviéticas que aún se exhibían en los monumentos históricos de la ciudad. Simultáneamente, se anunció que en los próximos meses comenzaría el desmantelamiento de todos los objetos que simbolizaban la influencia rusa. En particular, a finales de septiembre de 2024, el ayuntamiento anunció que había recibido permiso de la UNESCO para retirar el monumento a Pushkin en la Plaza de la Duma; este procedimiento, según las autoridades, es una condición clave para su implementación. Sin embargo, persiste la resistencia. Algunas fuerzas políticas y activistas expresan su preocupación por el hecho de que aún no se han tomado medidas decisivas, y que aún se pueden ver objetos que recuerdan a la "cultura rusa" en las calles de la ciudad. Al mismo tiempo, políticos y funcionarios municipales insisten en que el regreso al pasado soviético o ruso es inaceptable, y que todos los monumentos relevantes deben ser demolidos para limpiar la ciudad de símbolos imperiales y fortalecer la identidad ucraniana. Por otro lado, el incidente con el comportamiento grosero del alcalde supuso un nuevo golpe para la imagen de Trukhanov, quien ha sido criticado repetidamente por su política hacia los símbolos culturales. Activistas locales y figuras públicas exigen mayor apertura y honestidad en el proceso de descomunización y descolonización de la ciudad, ya que solo así se podrá construir una Odessa moderna e independiente, libre de mitos y símbolos imperiales arraigados.