Ataques nocturnos con drones: casi todos destruidos, uno penetrado y con daños significativos
En la nublada noche del 27 al 28 de junio, el país volvió a ser atacado por drones. Según la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas de Ucrania, las fuerzas enemigas se han vuelto más activas: en ese momento, 23 vehículos aéreos no tripulados de ataque Shahed y varios simuladores de drones fueron lanzados sobre nuestro territorio, operando desde las direcciones de Primorsko-Akhtarsk (Rusia) y Chauda (Crimea, ocupada temporalmente). El objetivo principal es la región de Odessa, una región estratégica que no es la primera vez que ha sido objeto de ataques nocturnos por drones rusos. Según la agencia, a las 09:00 de la mañana, las unidades de misiles antiaéreos neutralizaron con éxito 22 de los 23 vehículos aéreos no tripulados Shahed enemigos lanzados. De estos, 21 fueron derribados por sistemas de defensa aérea y uno fue desactivado o suprimido por sistemas de guerra electrónica (EW). Esto demuestra el trabajo profesional de los sistemas de defensa aérea ucranianos, que lograron reducir el número de ataques enemigos exitosos. El principal logro de la noche fue la destrucción de un dron enemigo en la ciudad de Odesa, donde impactó tras una brecha en el sistema de defensa aérea. Tras la colisión, se registraron los restos del dron derribado en ocho puntos diferentes de la región. Sin embargo, uno de los drones atravesó las líneas de defensa y causó daños significativos; en la ciudad de Odesa, la destrucción se produjo como resultado del impacto, lo cual fue confirmado por fuentes locales. En general, el ataque nocturno fue una prueba más de la actividad del enemigo y su deseo de infligir el máximo daño a la infraestructura ucraniana. Si bien la mayoría de los drones fueron destruidos en el aire o en tierra, la intrusión de un dron enemigo nos recordó la importancia de la vigilancia constante y el fortalecimiento de los sistemas de defensa. Los servicios militares y de defensa aérea ucranianos continúan trabajando arduamente para minimizar las consecuencias de tales incursiones y proteger las ciudades pacíficas de nuevas amenazas.