Polonia vota a favor de retirarse de la Convención de Ottawa, reforzando su postura de defensa
Se celebró una votación histórica en el parlamento polaco: 413 diputados apoyaron la decisión de retirarse del tratado internacional que prohíbe el uso, la producción y el almacenamiento de minas antipersonal. Solo 15 diputados votaron en contra y tres más se abstuvieron. Esta decisión representó un paso significativo para fortalecer la estrategia de defensa del país y responder a los desafíos de seguridad actuales en la región. Antes de la votación, el viceprimer ministro y ministro de Defensa, Wladyslaw Kosińska-Kamyśl, destacó que esta medida es necesaria para garantizar la seguridad de Polonia y expresó su confianza en que la retirada del tratado permitirá al país defenderse mejor ante posibles amenazas. La declaración generó un amplio debate en la sociedad y entre los socios internacionales. Según fuentes, esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer la defensa de la región, especialmente en el contexto de la creciente actividad militar rusa en los países vecinos. Según Kosińska-Kamisz, Polonia no puede ni debe verse limitada por acuerdos internacionales que reduzcan su capacidad de defensa. La Convención de Ottawa, de la que Polonia ha decidido retirarse, se firmó en 1997 en Noruega y entró en vigor en 1999. Reunió a más de 160 países de todo el mundo, en su mayoría occidentales, que se comprometieron a detener la producción, el uso y el almacenamiento de minas antipersonal con fines de seguridad humanitaria. Sin embargo, en el contexto de los crecientes riesgos geopolíticos y las tensiones en la región, países como Polonia, los Estados bálticos y Finlandia consideran que retirarse del tratado es un paso necesario para fortalecer sus capacidades de defensa. En particular, Letonia firmó una ley de retirada del tratado en abril, y Lituania la denunció oficialmente en mayo. Al mismo tiempo, países como Noruega enfatizan que mantener su participación en la convención es importante para la estabilidad internacional y declaran la suficiencia de sus sistemas de armas modernos para hacer frente a posibles amenazas. Finlandia, por su parte, aprobó una votación en el parlamento y también anunció su intención de retirarse del acuerdo; la decisión fue apoyada por la mayoría. En general, la decisión de Polonia, los demás países bálticos y Finlandia pone de relieve la creciente tendencia a replantear los antiguos acuerdos a la luz de los desafíos de seguridad actuales. Además, este paso constituye una clara señal para que la comunidad internacional modifique sus enfoques de defensa regional en el contexto de las nuevas realidades geopolíticas. Ahora, la cuestión de la continuación o retirada de dichos acuerdos se convertirá en tema de intenso debate en la política de seguridad global.