La administración Trump restringirá el intercambio de información secreta con el Congreso tras la filtración de los ataques iraníes

En respuesta a la reciente filtración de inteligencia interna sobre las operaciones en Irán, la administración del expresidente Donald Trump planea restringir significativamente el intercambio de información clasificada con el Congreso de Estados Unidos. La decisión se produce en medio de publicaciones y declaraciones que han puesto en duda la legitimidad y la eficacia de los ataques del sábado contra las instalaciones nucleares iraníes. Axios, citando a cuatro altos funcionarios de la administración, informó que una evaluación detallada de las bajas en combate, elaborada por la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), se publicó en el sistema interno de intercambio de información clasificada CAPNET, diseñado para facilitar la comunicación entre el gobierno y los legisladores. A última hora de la noche del lunes, esta evaluación se puso a disposición para su intercambio dentro de un sistema cerrado, mientras que al día siguiente, parte de su resumen apareció en las secciones de noticias de CNN y The New York Times. Las publicaciones indicaron que las consecuencias de los ataques estadounidenses, dirigidos contra las instalaciones nucleares iraníes, resultaron ser mucho menos graves de lo que afirmó Donald Trump. En lugar de destruir completamente los objetivos, según la filtración, los resultados supusieron retrasar el programa nuclear iraní durante varios meses. Esto provocó una fuerte reacción en la Casa Blanca: algunos interlocutores informaron que el FBI ya ha iniciado una investigación sobre la filtración de esta información clasificada. El gobierno estadounidense no oculta su intención de limitar el acceso al sistema CAPNET y reforzar los procedimientos internos de protección de datos. Un alto funcionario de la Casa Blanca fue firme: «Estamos declarando la guerra a las filtraciones de información». Según ellos, la comunidad de inteligencia está buscando la manera de mejorar los procesos de seguridad y evitar que se repitan filtraciones de datos sensibles, en particular por parte de sectores de la comunidad de inteligencia que tienen poca confianza en el contexto de las filtraciones a los medios de comunicación. Los funcionarios del gobierno enfatizan: «En cuanto publicamos información en CAPNET, esta se vuelve accesible al instante y se filtra. Esto es inaceptable. No hay razón para que situaciones como esta se repitan». Al mismo tiempo, se está llevando a cabo una investigación interna dentro del gobierno, cuyo objetivo es descubrir quién está detrás de la filtración y prevenir casos similares en el futuro. En el contexto de esta crisis en las relaciones con la comunidad de inteligencia, el aspecto político también cobra importancia. El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, anunció el miércoles 25 de junio que el Pentágono ya ha iniciado una investigación criminal sobre la posible filtración de un informe clasificado de la Agencia de Inteligencia Militar. Sin embargo, el presidente estadounidense, Marco Rubio, negó cualquier acusación al respecto, asegurando que, tras el ataque estadounidense contra Irán, el país está lejos de desarrollar armas nucleares y que la situación está bajo control. El desarrollo de este tema generó una amplia cobertura mediática. Donald Trump, conocido por sus duras declaraciones, criticó en particular a los periodistas por publicar información sobre los ataques y divulgar datos internos. El enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, calificó la filtración de "acto de traición", y el exjefe de la Casa Blanca comparó los ataques estadounidenses contra instalaciones iraníes con los devastadores bombardeos de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. En general, los acontecimientos que rodearon la filtración y las evaluaciones internas de los ataques a Irán abrieron una nueva página en las cuestiones de seguridad y transparencia en la toma de decisiones militares importantes, y también demostraron los desafíos que surgen durante períodos de mayor tensión entre la administración y la inteligencia estadounidense.