Los países de la OTAN han alcanzado un acuerdo significativo para aumentar los gastos en defensa, lo que abre un nuevo capítulo en la cooperación de la Alianza y tiene una importancia estratégica para garantizar la seguridad en Europa y en la región del Atlántico Norte en general

Chas Pravdy - 22 junio 2025 19:18

Según informaciones de las agencias de noticias Reuters y DPA, los participantes en la organización confirmaron el domingo su disposición a realizar cambios radicales: acordaron que, para 2035, los gastos anuales en defensa alcanzarán al menos el 5% del Producto Interno Bruto de los países miembros. Este acuerdo ha supuesto un avance importante de cara a la próxima cumbre de la OTAN, prevista para el miércoles en La Haya. Y aunque la declaración fue respaldada por los 32 países miembros, solo se convertirá en un documento oficial tras la firma de los líderes, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Fue precisamente su insistencia y las críticas a los gastos de los aliados en días previos las que elevaron las apuestas en múltiples ocasiones, y este acuerdo se convirtió en el resultado de un trabajo diplomático meticuloso para convencer a los críticos de la necesidad de esfuerzos conjuntos para la defensa moderna. Según fuentes confidenciales, el proceso de consenso, incluida la situación con España, permaneció sin conflictos, aunque los detalles de cómo lograron superar la resistencia de la delegación española se mantienen en secreto. Solo se sabe que España, que anteriormente se oponía a aumentar sus propios gastos, aceptó reducir sus objeciones y apoyar la posición común. El aspecto más importante de este acuerdo es que representa una victoria para el expresidente de EE. UU. Donald Trump, quien durante meses insistió en elevar la financiación de defensa de los aliados a un nivel mínimo del 2%, y posteriormente al menos el 3,5% del PIB. Trump consideraba que una distribución injusta de los gastos por parte de algunos países minaba la confianza en la OTAN y ponía en peligro la eficacia de la defensa colectiva. Por ello, alcanzar la meta del 5% se valora como un importante paso geopolítico y una muestra de solidaridad. Hace unos días, la situación era más tensa: España se opuso públicamente a los planes de aumentar los fondos de defensa y propuso esquemas alternativos, con un enfoque en una “fórmula más flexible” de gastos que considerara las particularidades de cada país. El primer ministro español, Pedro Sánchez, en una carta al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó a tener en cuenta las especificidades de la situación y a buscar un compromiso, lo que finalmente ayudó a aliviar las tensiones y a encontrar una solución común. En general, la principal dificultad en el proceso de aprobación de este acuerdo fue no solo la lógica política interna de cada país, sino también la estrategia internacional de fortalecer las capacidades defensivas en respuesta a los nuevos desafíos del mundo moderno: conflicto geopolítico, ciberataques, amenazas terroristas e inestabilidad en varias regiones. Por ello, la aprobación del acuerdo puede considerarse una señal de unidad de la OTAN de cara a la próxima cumbre, que definirá una nueva orientación en la política exterior y de seguridad de todos los miembros de la alianza. Gracias a este acuerdo, los aliados demuestran su disposición a cambiar y su voluntad de unirse en torno a un objetivo común: garantizar la estabilidad y seguridad en el ámbito internacional. Se espera que los líderes firmen el documento en el menor tiempo posible, y que entre en vigor a comienzos del próximo año, sentando las bases para una cooperación más estrecha y eficaz de la OTAN en el futuro.

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