Después de cinco años en prisión: Тихановський expresa su apoyo a Ucrania y a Zelenski
El 21 de junio, el opositor bielorruso y polémico político Serguéi Tihánovski fue liberado inesperadamente de la cárcel, convirtiéndose en una figura importante no solo para el movimiento de resistencia bielorruso, sino también para toda la escena política regional. Su salida a la libertad marca una nueva etapa en su actividad social y política, y ha provocado numerosas reacciones y comentarios por parte de la comunidad internacional y del entorno más cercano del propio Tihánovski. En primer lugar, ya en las primeras palabras de su discurso público, declaró de manera clara su apoyo a Ucrania y a su presidente, Volodymyr Zelenski. En la conferencia de prensa celebrada el 22 de junio, ya después de su liberación, Tihánovski expresó sinceramente su postura: «Apoyo completamente a Ucrania. El presidente Zelenski ha tenido una suerte muy difícil. Lo que yo he vivido en estos años — no se puede comparar con lo que le ha tocado vivir a él. Es un héroe para mí. Puedo decir esto sin duda: lo apoyo plenamente y con todo mi corazón». La declaración del opositor bielorruso no solo subraya su postura firme respecto a Ucrania, sino que también confirma su total rechazo a la retórica pro-rusa que mantienen algunos otros políticos del segmento opositor bielorruso. En un comentario para «Nasha Niva», Tihánovski subrayó: «Nunca he sido un político pro-ruso. Tenía un negocio, pequeñas oficinas en Moscú, Kiev y una empresa en Lituania — y nada más. Eso era todo lo que tenía. Incluso las ideas sobre una orientación pro-rusa son falsedades. Nuestro enemigo principal es el régimen de Putin. Mientras este régimen exista, no habrá victoria para la democracia bielorrusa.» Respecto a su viaje a Crimea anexionada en 2017, Tihánovski reconoció que en ese momento aún no se dedicaba a la política y no pensaba en asuntos políticos; en aquel entonces, «era como un peregrino, no un político». En su opinión, esto no afecta su posición actual: «Entonces, fui allí no como político, sino como una persona que va a un evento espiritual. Ahora, hago un llamado a los bielorrusos a luchar contra el lujismo, contra el régimen que ya lleva más de cinco años destruyendo nuestro país». Al mismo tiempo, según palabras de Tihánovski, el corazón de la escena opositora bielorrusa pertenece a su esposa, Sviatlana Tihánovska. En una entrevista, resaltó: «La líder de la oposición es mi esposa, Sviatlana. Yo no pretendo ocupar esa posición. Los cinco años en aislamiento han afectado mucho — ella es para mí una líder más digna y fuerte. Muchos bielorrusos merecen estar en la oposición, y no tengo intención de competir con ellos». De esta manera, apoya la tesis de que la principal figura en la lucha contra el régimen de Lukashenko es precisamente Sviatlana Tihánovska. Al concluir su discurso, Tihánovski agradeció a los políticos europeos y estadounidenses por su apoyo constante a la democracia bielorrusa y por la ayuda en su liberación. «Agradecemos el apoyo de nuestros amigos de Occidente. Eso nos da fuerzas para seguir luchando y mantener la fe en nuestra victoria», manifestó. La liberación de Tihánovski ocurrió en el contexto de la visita del representante especial del presidente de EE. UU., Kíth Kélóg, a Bielorrusia, lo cual fue percibido como una señal de apoyo a la oposición y al gobierno bielorruso por parte de Occidente. Según informaron medios de comunicación bielorrusos, ese mismo día en el país se decidió liberar a 14 presos políticos, algunos de los cuales son ciudadanos de diferentes países: Polonia, Letonia, Estonia, Suecia, EE. UU. y Japón. El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Kiejstutis Budriš, confirmó que los presos están seguros y reciben asistencia condicional en Lituania, lo que aporta confianza sobre la duración y las perspectivas de esta transferencia. Durante este acontecimiento histórico, en la sociedad se difundieron diversas opiniones, análisis y especulaciones sobre el futuro de la política bielorrusa, los posibles nuevos formatos de lucha y el significado de esta liberación para el discurso interno del país. Pero ya es claro que, para las fuerzas de oposición y para la propia democracia en Bielorrusia, este hecho se ha convertido en un símbolo importante de futuros cambios y de una nueva esperanza.