Varias países de la Unión Europea tienen la intención de reforzar su política de seguridad en relación con los ciudadanos rusos, lo cual está potencialmente vinculado a la agresión de Rusia contra Ucrania

En el marco de la cooperación y considerando los actuales desafíos geopolíticos, los países de los Balcanes, Europa del Norte y Polonia expresaron el 19 de junio en una reunión en Tallinn su posición común respecto a una posible restricción del ingreso a la zona Schengen para los ciudadanos rusos implicados en la desestabilización de Ucrania y en actos de asesinato y destrucción. Esto constituye un paso más en la política deliberada de Europa para reducir la influencia de Rusia en los procesos internos de la región y fortalecer la seguridad. Según Ihor Taro, ministro del Interior de Estonia, en Rusia hay cientos de miles de ciudadanos que participaron en acciones militares contra estados independientes de Europa. «Debemos adoptar una postura clara y confirmar que estas personas no tienen derecho a viajar libremente por el territorio de la zona Schengen. No planeamos emitirles permisos de residencia, visas u otros documentos que les abran camino hacia Europa, pues la actividad de su grupo, que destruía y asesinaba, representa una grave amenaza para la seguridad de todos los habitantes de nuestra región», subrayó el ministro. Añadió que esta prohibición debe permanecer vigente independientemente de si las acciones militares activas en Ucrania han concluido o no. Se señala que este tema fue discutido en un formato estrecho junto con colegas europeos y representantes de la Comisión Europea. Participaron en las negociaciones el comisario de la UE de Asuntos Internos y Migración, Magnus Brunner, así como delegados de Frontex, la organización responsable de la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Esto demuestra un alto nivel de interés y coordinación en cuestiones de seguridad y migración. El antecedente para estos pasos fue un amplio debate sobre la política migratoria y las medidas de seguridad en la UE. En particular, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, expresó recientemente su convicción de que la Unión Europea debe implementar medidas restrictivas para los diplomáticos rusos — y que Polonia y Chequia deben ser ejemplos en este sentido, ya que ya han tomado pasos similares. Por su parte, Hungría presentó el año pasado una iniciativa para acelerar la emisión de visas a ciudadanos de ocho países, incluyendo Rusia y Bielorrusia, con procedimientos simplificados y sin controles de seguridad elevados. Budapest informó que muchos de estos ciudadanos construirán centrales nucleares usando tecnologías rusas, lo que provocó una fuerte indignación y críticas por parte de otros países miembros de la UE. Como respuesta, el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, aseguró que la decisión de una política de visas simplificada no pone en peligro la integridad del espacio Schengen ni representa una amenaza directa a la seguridad de Europa. En consecuencia, todas estas iniciativas reflejan la formación de enfoques más duros en la política migratoria y de seguridad europea. El objetivo es minimizar los riesgos para la seguridad interna y prevenir posibles intentos de eludir las restricciones establecidas. Al mismo tiempo, este movimiento indica un aumento de las tensiones geopolíticas entre Europa y Rusia, considerando que los Estados activos en la línea del frente contra Rusia también planean actuar respecto a la entrada de ciudadanos rusos para proteger a sus ciudadanos y evitar amenazas potenciales.