Francia ha anunciado un proyecto de inversión a gran escala en el campo de las tecnologías espaciales, invirtiendo más de 717 millones de euros en el desarrollo de su propia infraestructura satelital
Esta noticia fue confirmada por el ministro de Economía del país, Éric Lombard, quien señaló que dicha contribución se realizará a favor del operador francés de comunicaciones satelitales, la compañía Eutelsat, que ocupa una posición importante en el mercado mundial y es el principal competidor del gigante estadounidense Starlink, propiedad de Elon Musk. Al prestar atención al contexto geopolítico, Lombard destacó que esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer la autonomía estratégica de la Unión Europea en las áreas de tecnología digital y exploración espacial. Últimamente, las relaciones entre Estados Unidos y Europa en el ámbito de las altas tecnologías se han complicado cada vez más, en particular debido a la política de la administración de Donald Trump, que muestra más antagonismo hacia los socios europeos. En estas condiciones, para Europa se vuelve especialmente importante confiar en sus propios recursos y desarrollar plataformas tecnológicas independientes. Según Lombard, el Estado francés tiene la intención de aumentar su participación en Eutelsat al 30% del nivel actual del 13,6%, mientras que la participación de Reino Unido, que actualmente es del 10,9%, debe reducirse aproximadamente al 8%. Estos pasos no solo fortalecerán el control francés sobre infraestructuras estratégicas, sino que también crearán las condiciones para formar un espacio espacial europeo unido, capaz de hacer frente a los desafíos de actores externos. Un momento importante en esta estrategia es la preparación para una concentración masiva en el sector de las comunicaciones satelitales en favor de empresas europeas. Por ejemplo, en abril, la Comisión Europea concedió un permiso incondicional a la empresa luxemburguesa SES para adquirir a su competidor, la compañía Intelsat, por aproximadamente 2.800 millones de euros. Esta decisión abre posibilidades para crear una red de telecomunicaciones más potente e independiente basada en satélites de órbita baja (LEO), lo cual es fundamental en el contexto de la competencia global en el sector espacial. Actualmente, la lista de actores globales en el campo de las comunicaciones satelitales es sumamente intensa. Las empresas estadounidenses Viasat, AST SpaceMobile y también la estructura filial de Amazon Kuiper están preparando activamente nuevos conjuntos de satélites en órbitas bajas, buscando consolidar sus posiciones en el mercado. Igualmente ambiciosas son las empresas estatales chinas, como China SatNet y Spacesail, que también tienen planes de desarrollar proyectos verdaderamente de gran escala en este sector. En cuanto a la situación en Ucrania, esta ilustra las complejas tramas políticas y sociales en esa esfera. En abril de este año, Eutelsat declaró que no podría restaurar de inmediato el control sobre el proyecto de Elon Musk durante la guerra, que permite a las fuerzas militares ucranianas acceder a Internet de forma rápida y confiable a través de la red satelital Starlink. Anteriormente, se informó que Alemania financia parcialmente el acceso de usuarios ucranianos a esta red, gestionada por Eutelsat. Una expresión particularmente marcada de la tensión política fue la advertencia del ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, que alertó a Elon Musk sobre una posible extorsión a Ucrania por el acceso a Starlink. Según sus declaraciones, Polonia es quien cubre los costos de los terminales y el servicio, por lo que reducir o bloquear la red para las fuerzas ucranianas sería no solo un movimiento político por parte de Musk, sino también un desafío importante para toda la comunidad internacional. En general, la situación en el sector espacial europeo sigue siendo muy dinámica y tensa. Además de la competencia con actores estadounidenses y chinos, los países de la Unión Europea están aumentando sus inversiones para modernizar su infraestructura propia y reducir la dependencia de proveedores externos. Los proyectos más importantes incluyen la ambiciosa estrategia para poner en órbita satélites propios, y la política de crear un espacio espacial europeo unido que garantice la seguridad, el soberanía digital y el desarrollo económico del continente en esta nueva era de tecnologías espaciales.