Explosiones y incendios azotaron Odesa en la noche del 19 al 20 de junio como resultado de un nuevo ataque con drones

En la noche del 19 al 20 de junio, la ciudad de Odesa volvió a ser objetivo de un ataque agresivo por parte del enemigo. Según informan las autoridades locales, en la ciudad se escucharon fuertes explosiones, tras lo cual comenzó un incendio de gran magnitud que causó daños significativos a uno de los edificios residenciales de varios pisos. Según datos preliminares, se quemó un edificio de 4 pisos, y bajo los escombros podrían quedar personas que se encuentran en peligro. De acuerdo con el alcalde de Odesa, Gennadiy Trukhanov, la situación sigue siendo muy tensa. Él informó: «Debido a la colisión de un dron kamikaze, se produjo un incendio de gran escala que prácticamente destruyó un edificio residencial de cuatro plantas. Como resultado del ataque, cayeron techos y paredes, y bajo los escombros podrían estar personas». Testigos relatan que el estruendo de las explosiones fue constante y acompañaba la actividad de los drones, y el edificio en llamas se convirtió en el epicentro de alertas y de medidas de rescate inmediatas. Las causas de este trágico suceso están relacionadas con el aumento de la tensión en el frente. La noche del 19 al 20 de junio, en la ciudad se produjeron incidentes graves: varias explosiones fuertes, acompañadas de incendios, destrucciones de infraestructura civil y heridas entre los residentes locales. El servicio local de emergencias informa que varias personas resultaron heridas como consecuencia de los ataques, y todavía se está precisando el número exacto de víctimas. Expertos militares señalan que estos ataques indican un fortalecimiento de la actividad estratégica de las fuerzas rusas en la región, dirigida a desorganizar y atemorizar a la población. Al mismo tiempo, las autoridades locales llaman a los residentes a tener cuidado, vivir en estado de alerta y seguir las recomendaciones de seguridad en caso de ataques repetidos. En general, la situación actual en Odesa genera preocupación y pone en duda la seguridad de los habitantes. Los servicios de rescate ya han iniciado trabajos para buscar a personas entre los escombros y evaluar la magnitud de los daños. Las autoridades locales llaman a mantener la calma y a unir esfuerzos para superar las consecuencias de este ataque, ya que cualquier retraso podría costar vidas.