El Departamento de Estado de los Estados Unidos condenó enérgicamente el ataque con misiles de Rusia a Kiev, que cobró la vida de al menos veinte personas y provocó un inmenso dolor humano y destrucción en la capital de Ucrania
El incidente se convirtió en un trágico punto de inflexión en la tensión del conflicto armado que continúa desde hace varios meses, y una vez más subrayó la agresión no provocada de la Federación Rusa contra la Ucrania independiente. En el comunicado del Departamento de Estado, se destacó que la parte estadounidense fue informada con anticipación sobre la posibilidad de tales ataques y que está monitoreando cuidadosamente la evolución de la situación. La vocera del departamento, Temmie Bruce, afirmó que Estados Unidos condena cualquier ataque contra la población civil y llamó a la inmediata suspensión de las acciones agresivas de Rusia contra la capital ucraniana. Según ella, la administración estadounidense expresa sus más profundas condolencias a las familias de los fallecidos y los afectados, y aseguró que hará todo lo posible para brindar el apoyo necesario al pueblo ucraniano en estos momentos difíciles. La gravedad particular del evento radica en que durante este ataque en Kiev se registró la muerte de un ciudadano estadounidense. Las autoridades estadounidenses confirmaron esta información y aseguraron que están dispuestas a proporcionar toda la asistencia consular necesaria a la familia del fallecido. Al mismo tiempo, por razones éticas, se abstenieron de realizar comentarios adicionales, señalando que en este momento trágico, la actitud hacia la familia requiere reducir la exposición pública. Según los datos oficiales más recientes, la cantidad de fallecidos a causa de los bombardeos rusos en Kiev ha aumentado a 23 personas. Más de un centenar de residentes de la capital han resultado heridos y están en hospitales, y su vida aún está en peligro. Esto constituye otra evidencia de lo cruel y destructivo que es la guerra para la población civil, especialmente en las grandes ciudades, que se convierten en blancos de los ataques rusos. Los diplomáticos internacionales también expresaron su reacción. La respuesta de los diplomáticos alemanes y británicos fue unánime: condenaron inmediatamente este amplio ataque, haciendo un llamado a todas las partes a la moderación y a una máxima precaución en las acciones futuras. Igualmente, se pronunciaron representantes de los países bálticos, quienes destacaron la necesidad de que la comunidad internacional tome medidas decisivas para evitar una mayor escalada del conflicto. Mientras tanto, las autoridades ucranianas llaman a la comunidad mundial a no permanecer indiferente y a intensificar la presión sobre Rusia para detener su agresión. Recuerdan que los ataques cínicos contra la población civil constituyen una grave violación del derecho internacional y que requieren una respuesta internacional máxima para garantizar la justicia y proteger los derechos de la humanidad frente a una guerra despiadada. En general, la situación sigue siendo tensa y dinámica. Mientras las autoridades y la comunidad internacional buscan las formas más efectivas de contrarrestar el avance, el pueblo ucraniano continúa luchando por su vida y su futuro, con la esperanza de que esta guerra aterradora concluya lo antes posible.