Trump se enfureció por la falta de un acuerdo comercial “justo” con la Unión Europea

Después de finalizar su reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó sorprendentemente una crítica abierta contra la Unión Europea en relación con su enfoque en las relaciones comerciales con EE. UU. Según el exmandatario, Bruselas no ofrece a Washington condiciones justas para la firma de un acuerdo comercial, lo cual fue una profunda decepción para la comunidad política y económica estadounidense. Fuentes, que posteriormente fueron publicadas por el medio Politico a través de la plataforma “Europa Pravda”, informan que esta posición fue expresada solo unas horas después del encuentro oficial entre Trump y von der Leyen, que fue el primero de este tipo en los últimos meses. Durante esta reunión, el expresidente de EE. UU. enfatizó que las negociaciones con la Unión Europea están en marcha, pero que, en su opinión, Bruselas no avanza en la dirección correcta. “Estamos negociando, pero no puedo decir que estas propuestas sean justas o beneficiosas para América. O hacen una propuesta que les beneficie a ellos, o simplemente presentaré lo que digamos —y entonces todo será claro”, afirmó Trump. En sus discursos, no ocultó su decepción y subrayó que, en su opinión, la Unión Europea ahora está más interesada en hacer daño a EE. UU. en el ámbito del comercio que en buscar un compromiso. Esta declaración fue una continuación lógica de las ya frecuentes declaraciones previas de Trump sobre la necesidad de revisar las relaciones comerciales con Europa. Es importante destacar que este tema no es nuevo para el líder estadounidense. De hecho, el 16 de junio realizó su primera reunión bilateral con Ursula von der Leyen, en la que las partes acordaron encargar a sus equipos “acelerar el trabajo para llegar a un buen y justo acuerdo”. Sin embargo, las acciones concretas han sido bastante limitadas y la tensión en las negociaciones comerciales ha ido en aumento en los últimos tiempos. A principios de verano, Trump anunció públicamente su intención de imponer aranceles del 50% a las importaciones de bienes de la UE, argumentando que las negociaciones con sus colegas europeos “no avanzan”. Esto causó un gran revuelo en la comunidad comercial mundial, ya que esas medidas podrían afectar significativamente el precio de los productos comunes y la cadena de suministro global. No obstante, unos días después, Trump cambió su postura y anunció que estaba dispuesto a posponer la imposición de dichos aranceles, acordando con Europa continuar las negociaciones hasta el 9 de julio. Esto ocurrió tras una llamada telefónica con Ursula von der Leyen, quien probablemente usó instrumentos diplomáticos y lo convenció de la necesidad de buscar un compromiso. Otro evento importante en este contexto fue la resolución del tribunal de comercio internacional de EE. UU. del 28 de mayo, que dictaminó que la administración Trump excedió sus poderes al aplicar aranceles masivos contra casi todos los países del mundo. La sentencia judicial fue una señal seria para el gobierno estadounidense respecto a la limitación de sus competencias exclusivas en ámbitos de política exterior y sanciones económicas. A pesar de ello, la administración Trump presentó de inmediato una apelación con el fin de impugnar la decisión judicial y mantener sus medidas arancelarias. Al ir más allá de los acuerdos oficiales, Trump continúa bloqueando el comercio y presionando para obtener condiciones lo más favorables posible para EE. UU., lo cual genera creciente preocupación entre los socios europeos y expertos internacionales. En conclusión, la tensión en las relaciones comerciales entre EE. UU. y la UE persiste. Según las palabras de Trump, su crítica es una señal de que la apuesta en la batalla comercial ha aumentado y de que este es un nuevo paso en la lucha por las ventajas en el mercado mundial. Pronto se verá si las partes logran llegar a un compromiso que satisfaga a ambas o si este conflicto se profundizará en un enfrentamiento comercial más serio, que podría cambiar significativamente los procesos económicos globales.