Gran Bretaña y sus aliados del grupo de las principales economías, el G7, se preparan para una nueva ronda de restricciones sancionatorias contra la Federación Rusa
Según fuentes que, haciendo referencia a medios ucranianos y británicos, informan a "European Pravda" y Sky News, estos pasos se anunciarán ya el martes y forman parte de un plan estratégico para intensificar la presión sobre Moscú debido a su agresión militar en Ucrania. Según la posición oficial del gobierno británico, el primer ministro Кір Стармер expresó la intención de colaborar con los socios del G7 para limitar las fuentes de ingresos de Rusia, que provienen del sector energético. "Quiero trabajar junto con nuestros aliados en todo el mundo para reducir al máximo los recursos financieros del régimen de Putin, disminuir los flujos de dinero que apoyan la guerra ilegal en Ucrania", subrayó. Desde noviembre de 2022, Gran Bretaña ha implementado más de 2,300 sanciones diversas contra personas físicas y jurídicas, barcos y organizaciones involucradas en la agresión rusa. Las nuevas medidas incluyen restricciones adicionales, en particular contra aquellos que proporcionan apoyo a las necesidades militares rusas, así como contra estructuras que sostienen económicamente y políticamente al gobierno de Кремль (Kreml). Se espera que en su discurso, el primer ministro Стармер destaque que Rusia no tiene todos los ases en la manga y haga un llamado a los socios mundiales a no perder tiempo, aprovechando este momento para fortalecer la presión económica en la lucha contra el agresor. "Todos deben entender: la acción es el único camino hacia la paz. Llamamos a nuestros aliados en el G7 a demostrar solidaridad y a mostrar su seriedad ante Putin", se indica en la resolución del gobierno británico. Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó optimismo acerca de la posibilidad de aumentar la presión sancionatoria por parte de Estados Unidos, a pesar de que el expresidente Donald Trump anteriormente parecía dudar de la conveniencia de nuevas restricciones. Trump, días antes, declaró que no tenía intención de imponer nuevas sanciones contra Rusia, alegando que, en su opinión, los países europeos deberían hacer esto primero, y que dicha política representa costos adicionales para los países occidentales. Además, el político dejó la reunión en Kananskís, Canadá, un día antes de su realización planificada, lo que significa que se perdió una importante reunión del G7 con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Esto generó tensiones adicionales entre los países participantes, que buscan unidad en la resistencia a la agresión rusa y muestran apoyo internacional a Kyiv. En resumen, los líderes ucranianos, europeos y mundiales están actualmente centrados en fortalecer la política de sanciones contra Moscú, preparándose para una nueva ronda de presión económica. Esta puede convertirse en un factor clave en la preparación para una larga y agotadora lucha por la independencia de Ucrania, la restauración de la paz y la estabilidad en la región.