Hungría ha vuelto a oponerse a la política común europea en relación con el embargo energético a Rusia, lo que ha subrayado una vez más su independencia en la elección de estrategias y enfoques para la seguridad energética
El ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjártó, informó oficialmente que su país había vetado la decisión del Consejo de la Unión Europea respecto a los próximos pasos en el ámbito energético, en particular las llamadas a prohibir el suministro de gas y petróleo rusos. Esto sorprendió a algunos políticos europeos que esperaban una política más unificada y activa por parte de la UE en la presión sancionadora sobre Moscú. Según Szijjártó, el gobierno húngaro se opone a cualquier intento de Bruselas de imponer límites obligatorios a los países miembros en la compra de recursos energéticos de Rusia, ya que, en su opinión, esto viola la soberanía nacional y socava la seguridad energética del país. El jefe de la diplomacia destacó que la política energética es una competencia interna de cada país, y ningún organismo externo debe intervenir directamente en este ámbito. Además, enfatizó que los planes de la Comisión Europea de eliminar por completo la importación de gas y petróleo rusos amenazan la independencia de Hungría en cuestiones energéticas, ya que el coste y las fuentes de suministro siguen siendo importantes para garantizar el funcionamiento ininterrumpido de la economía nacional. Al explicar su posición, Szijjártó indicó que, a la luz de los últimos enfrentamientos en Oriente Medio y el aumento de la tensión en la región, considera inapropiado considerar nuevas sanciones y restricciones energéticas. En cambio, propone abstenerse de tomar decisiones radicales que puedan agravar la crisis en el frente energético de la Unión Europea. Recordemos que el 16 de junio pasado tuvo lugar una reunión del Consejo de la UE sobre asuntos energéticos en Luxemburgo. Allí se discutieron vías para abandonar gradualmente los recursos energéticos rusos, que aún siguen siendo la principal fuente de suministro para algunos países. Además, según fuentes en Bruselas, la Comisión Europea planea proponer mecanismos jurídicos concretos para la eliminación definitiva de las importaciones de gas y petróleo rusos en el marco de la UE. Sin embargo, la lucha contra la dependencia de las tecnologías nucleares rusas sigue siendo una cuestión principalmente compleja y profundamente estructurada, que no se resolverá de manera rápida. De este modo, la posición de Hungría reitera su aspiración a una política energética independiente, que contraviene la orientación general de la UE. Esto vuelve a cuestionar la unidad del bloque en la aplicación de sanciones y demuestra lo difícil que es conciliar los intereses de todos los países miembros en esta dirección estratégicamente importante. La cooperación en una "unidad energética" virtual con la Unión Europea en estos momentos parece cada vez más inalcanzable: cada país busca proteger sus intereses nacionales y priorizar su propia seguridad energética.