Las agencias de inteligencia ucranianas llevaron a cabo un golpe devastador contra el complejo militar-industrial de Rusia en Kaliningrado: la Dirección General de Inteligencia (GUR) desenergizó un objetivo clave en el mismo corazón del enclave ruso
En las primeras horas de la mañana del 14 de junio, aproximadamente a las 4 de la madrugada, los habitantes de la ciudad rusa de Kaliningrado despertaron ante los sonidos de un ataque inesperado. Según fuentes de inteligencia ucraniana, en ese momento los especialistas ucranianos realizaron una operación dirigida a destruir un importante objeto de suministro energético, de valor estratégico para el complejo militar-industrial ruso. Se trata de una central eléctrica industrial que abastece de electricidad no solo a la población local, sino también a instalaciones militares-industriales y a las fuerzas armadas de la Federación Rusa situadas en las proximidades. Según las fuentes de inteligencia ucraniana, la operación fue planificada meticulosamente y ejecutada con una precisión extraordinaria. Los agentes de la GUR, según indicaron, penetraron en el territorio de la subestación bajo la cobertura de la noche y comenzaron a actuar. Derramaron un líquido refrigerante del transformador de potencia, lo que provocó la destrucción del equipo. Posteriormente, incendiaron el transformador, lo que llevó a la detención completa de su funcionamiento. Como resultado de esta sabotaje, afirmó el interlocutor, el suministro eléctrico a los objetivos militares cercanos quedó totalmente interrumpido. Según cálculos, los daños causados a Rusia alcanzaron aproximadamente los 5 millones de dólares. Se trata de un daño sustancial a la infraestructura, que jugará un papel en la reducción de la movilidad y la capacidad de defensa de las fuerzas rusas en la región de Kaliningrado, que ya de por sí es uno de los nodos estratégicos más importantes en el dispositivo del Báltico. Se sabe que las acciones de sabotaje tenían como objetivo debilitar el poder militar y romper la logística de los militares rusos concentrados en esa región. Este es uno de los ataques de mayor escala y más activos en el marco de la operación de contraofensiva ucraniana en territorio ruso, dirigida no solo a destruir la infraestructura militar del agresor, sino también a demostrar la disposición de los servicios especiales ucranianos de vulnerar las cadenas logísticas rusas y complicar las actividades del Kremlin en el territorio ruso. Los detalles de esta operación permanecen en secreto, sin embargo, fuentes ucranianas resaltan el alto nivel de preparación y profesionalismo de los agentes ucranianos, quienes lograron llevar a cabo sin errores la tarea en un objetivo vulnerable con riesgos mínimos. Estas acciones no solo tienen un valor estratégico para Ucrania, sino que también confirman la capacidad de las fuerzas especiales ucranianas para actuar eficazmente en el territorio ruso, golpeando puntos clave de la infraestructura militar rusa.