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La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha añadido un nuevo giro a las reflexiones sobre la seguridad y la tensión geopolítica en torno a los objetivos nucleares de Irán, publicando oficialmente datos sobre las graves consecuencias de los recientes ataques a las instalaciones nucleares del país

Chas Pravdy - 14 junio 2025 00:32

La información, que ha surgido tras varias ofensivas, genera una profunda preocupación en la comunidad internacional, ya que se refieren a daños en infraestructura importante, de carácter estratégico para Irán, así como a potenciales riesgos para el medio ambiente y la población del país. Según datos oficiales obtenidos de fuentes confiables, en particular del director general de la AIEA, Rafael Grossi, se confirmó la existencia de daños en instalaciones subterráneas en la ciudad de Natanz, uno de los principales centros del programa nuclear iraní. En el informe se señala que, como resultado de ataques puntuales, hay contaminación radiológica y química en el territorio, lo cual genera inquietud por un posible desastre ecológico. Grossi, en su intervención ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, subrayó que Irán confirmó que fue objeto de un ataque armado a la instalación de enriquecimiento de uranio en Natanz por parte de Israel. Destacó especialmente la destrucción de la parte superficial de la planta piloto, donde los iraníes realizaban el enriquecimiento de uranio hasta un nivel del 60% en el isótopo U-235, proceso que es uno de los pasos clave en la fabricación de armas nucleares. Las pérdidas en infraestructura en Natanz fueron significativas: se destruyó toda la parte superficial de la planta, incluyendo los principales objetos tecnológicos. Al mismo tiempo, la infraestructura energética crítica —como la subestación eléctrica, la principal fuente de energía y los generadores de reserva— también sufrió daños importantes. Es importante señalar que, según Grossi, el complejo subterráneo, incluyendo la sala en cascada de la planta piloto y la producción principal, permaneció intacto; sin embargo, los daños en el suministro de energía podrían haber afectado las centrifugadoras en funcionamiento allí. De acuerdo con la información oficial, los niveles de contaminación radiactiva en las áreas externas del objetivo no experimentaron cambios significativos y permanecen dentro de los límites permitidos. Esto indica que no hay riesgos directos para la población ni para el medio ambiente. Sin embargo, dentro del complejo se ha detectado contaminación radiológica y química, incluyendo radiación alpha, lo que representa posibles problemas para los trabajadores y expertos que operaron en el sitio. Además de ello, Irán informó a la AIEA sobre ataques también en otros objetivos, como la planta de enriquecimiento en Fordo, así como instalaciones en las ciudades de Isfahán, donde se fabrican placas de combustible y combustible nuclear. Las armas empleadas afectaron instalaciones de procesamiento, plantas de producción de polvo de uranio enriquecido y otros objetivos clave relacionados directamente con el programa nuclear iraní. Los antecedentes de esta tensa situación se remontan al 13 de junio, cuando las fuerzas israelíes llevaron a cabo ataques aéreos masivos contra la capital y las afueras de Teherán, así como en varias otras ciudades de Irán. Jerusalén calificó su operación como preventiva, dirigida a destruir objetivos nucleares y militares de Irán y su potencial defensivo. Según los políticos israelíes, esto forma parte de un deseo estratégico de prevenir una posible adquisición de armas nucleares por parte de la República Islámica. Al mismo tiempo, los ataques tuvieron consecuencias graves, incluyendo la muerte de varios altos funcionarios. Según fuentes confiables, en los ataques perdieron la vida el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), general de división Hussein Salami, el comandante del Estado Mayor de Hatam al-Anbia, general de división Gholamali Rashed, y el jefe de las fuerzas armadas iraníes, Mohammad Bagheri. Además, fallecieron destacados científicos nucleares, lo que ha agravado considerablemente la situación en el sector nuclear iraní. La comunidad internacional manifiesta una gran preocupación por esta serie de ataques, que, dado su alcance y grado de daño, tienen el potencial de afectar significativamente la estabilidad regional y la seguridad global. Por el momento, los líderes mundiales piden moderación y la resolución diplomática del conflicto, aunque la situación sigue siendo tensa, y muchos expertos advierten sobre la posibilidad de una escalada en la violencia y nuevas procesos de desestabilización en la región del Oriente Medio.

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