En los Estados Unidos, miles de ciudadanos salieron a manifestaciones masivas en contra de la política del presidente Donald Trump

Varias decenas de miles de estadounidenses de diferentes grupos de edad y clases sociales se reunieron el sábado 14 de junio en distintas ciudades del país para expresar su desacuerdo con la política del líder de la Casa Blanca. Las protestas y manifestaciones se llevaron a cabo en más de dos mil localidades — desde megaciudades como Nueva York y Los Ángeles hasta pueblos más pequeños — lo que indica la amplitud del malestar social. En general, las acciones de protesta se organizaron bajo el lema "¡No a los reyes!", que simbolizaba un recordatorio de los altos valores del sistema democrático de EE. UU., donde nadie tiene el derecho de estar por encima de la ley. El día de las protestas coincidió con el 79º cumpleaños de Donald Trump y también con la celebración en Washington de una gran parada militar en honor al 250 aniversario del Ejército estadounidense — un evento que provocó reacciones emocionales adicionales entre la población. Las marchas y manifestaciones culminaron con una gran concentración frente a la Casa Blanca, donde los participantes expresaron su desacuerdo con las acciones de la administración de Trump, especialmente respecto a las políticas migratorias y las expansiones militares. Se sabe que el presidente prohibió a sus seguidores protestar durante la parada militar, declarando que "los manifestantes serán recibidos con seriedad", lo que generó una mayor resonancia en la sociedad y aumentó aún más la tensión. En medio de estos eventos, los activistas también llevaron a cabo protestas cerca de la residencia de Trump, Mar-a-Lago, en Florida, nuevamente llamando a detener la política de la administración, que consideran dañina y peligrosa para el país. Las fotos y videos de las protestas rápidamente circularon en las redes sociales, mostrando la atmósfera tensa que predominaba en la ciudad. Como antecedente de este gran movimiento, están las agresivas redadas migratorias iniciadas por la administración de Trump, particularmente en Los Ángeles. Ya el 8 de junio, las tropas de la Guardia Nacional de EE. UU. fueron enviadas a esa ciudad por orden del presidente, lo que provocó duras críticas por parte del gobierno de California, que calificó las acciones del gobierno federal de motivadas políticamente y malentencionadas. Esto agudizó aún más el conflicto entre el gobernador y las autoridades federales, reflejando un aspecto adicional del creciente malestar interno en el país. Estos eventos muestran que en EE. UU., en medio de celebraciones masivas y paradas militares, se está desarrollando una lucha política más profunda, sin precedentes en los últimos años. La ciudadanía, incluyendo activistas y defensores de derechos, cada vez más salen a la calle para cuestionar la política del actual presidente y defender los principios democráticos fundamentales del país. Por su parte, las autoridades reaccionan con firmeza, lo que intensifica aún más la tensión y demuestra que los EE. UU. están al borde de una nueva fase de conflictos y cambios.