¿Reducción de la tensión o una nueva etapa del conflicto?

Israel ha atacado la infraestructura nuclear iraní cerca de Fordo En las horas nocturnas de la semana pasada, las fuerzas militares israelíes anunciaron una operación a gran escala contra objetivos iraníes como parte de sus esfuerzos de desestabilización del programa nuclear del país vecino. Según información obtenida de fuentes iraníes, incluyendo la agencia Fars y reportes de destacados medios de comunicación occidentales, el ejército de Israel llevó a cabo un fuerte golpe contra instalaciones de misiles y una infraestructura clave en Irán, en particular cerca de la instalación nuclear más importante, Fordo, ubicada a varios cientos de metros bajo tierra. Es evidente que este ataque ha sido una de las acciones más graves en el conflicto entre ambos países en los últimos meses. Según informes, en la zona se escucharon al menos dos explosiones fuertes cerca del centro nuclear, lo que generó una amplia preocupación por posibles futuras escaladas. Fuentes añaden que, debido a la profunda ubicación del objetivo, para cualquier operación militar representaba un reto real derrotarlo. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Lieutenant General Eyal Zamir, declaró previamente que las fuerzas israelíes continúan realizando ataques contra objetivos iraníes con movilización completa de sus capacidades. Enfatizó que el país sigue cumpliendo con dos tareas principales: defensiva y ofensiva, advirtiendo además que las acciones futuras probablemente serán más complicadas y requerirán mayor preparación por parte de las tropas israelíes. "Debemos estar listos para cualquier escenario, incluyendo los más agresivos, y usar toda nuestra fuerza para proteger al país", afirmó. Mientras tanto, el comandante de la Fuerza Aérea del ejército israelí, Mayor General Tomer Bar, subrayó la importancia de la presencia en las regiones occidentales de Irán. "Cada instalación de lanzamiento que destruimos salva vidas de nuestros ciudadanos", destacó. Según Bar, realizar y mantener ataques contra objetivos iraníes ayuda a reducir los riesgos para militares y civiles en el país. Además, según informes de fuentes de investigación y militares, los sistemas de defensa antiaérea iraníes intentaron interceptar un dron israelí cerca de la instalación nuclear en Fordo; sin embargo, la operación aún continúa en una nueva ola de ataques. Como resultado del enfrentamiento, fuentes aeronáuticas informaron que el dron israelí fue derribado, lo cual aumentó la preocupación por una posible escalada. El trasfondo de estos hechos está bastante cargado. En la noche del 13 de junio, las fuerzas israelíes ya llevaron a cabo una serie de ataques contra objetivos estratégicos en Teherán y sus alrededores. Describieron esa acción como preventiva, destinada a evitar el desarrollo del programa nuclear iraní y neutralizar objetivos militares en el país. Durante esas operaciones, fueron destruidos varios objetivos clave, incluyendo la eliminación del comandante del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos (CGRI), general de división Hossein Salami. También murieron el comandante del estado mayor del ejército, Khatam al-Anbiya, general de división Gholamali Rashed, el jefe de las fuerzas armadas iraníes, Mohammad Baqeri, y otros científicos nucleares. Estos sucesos han activado significativamente el discurso político. Desde junio, los líderes militares iraníes han amenazado con una respuesta, asegurando que Teherán no permanecerá indiferente y enfrentará la agresión de Israel con una "respuesta dura". El brigadier general Abolfazl Shekarchi, portavoz de las fuerzas armadas iraníes, declaró la intención de responder a cualquier acción israelí, añadiendo que dicha respuesta será "dura e inesperada", y que Estados Unidos, en su opinión, "pagará un alto precio" por apoyar esas acciones. Las esferas diplomáticas y presidenciales de Estados Unidos, a su vez, están divididas en opiniones. El secretario de Estado, Marco Rubio, comentó que los golpes israelíes fueron unilaterales y que Washington conocía la posibilidad de estos, pero no participó en ellos. Subrayó que EE. UU. no apoya los ataques, aunque destacó que Washington considera importante mantener la cautela diplomática y evitar una escalada mayor del conflicto. En general, estos eventos resaltan aún más el alto nivel de tensión en la región y su potencial para desencadenar una crisis más profunda en el Oriente Medio. Testimonio de ello es la firme posición de Israel en su lucha por impedir el desarrollo del programa nuclear iraní y el incremento de acciones militares en respuesta a ataques previos. Mientras tanto, en círculos diplomáticos, continúa el debate sobre las posibles consecuencias y vías para reducir la tensión, aunque los pasos concretos en esa dirección todavía no están claros.