En Kiev se ha concluido una operación a gran escala para eliminar las consecuencias del ataque nocturno ruso que ocurrió en la noche del 10 de junio, según informa la oficina de prensa del Servicio Estatal de Emergencias de la ciudad
Según los últimos datos, los especialistas respondieron de manera rápida a la solicitud de la capital y completaron con éxito los trabajos de limpieza y recuperación de los objetos dañados en las zonas que sufrieron el impacto más fuerte. Se prestó especial atención y esfuerzo al distrito de Obolón, donde, como resultado de un ataque masivo, se dañaron almacenes. Ya por la mañana del 10 de junio, los bomberos y rescatistas extinguieron definitivamente todos los focos de incendio y eliminaron las consecuencias del ataque, que amenazaban la seguridad de los residentes y la infraestructura. Esto constituye un ejemplo claro de un trabajo sistemático y coordinado de los servicios de protección civil. Según los representantes del SES de Kiev, en la eliminación de las consecuencias en todas las zonas de la ciudad participaron más de 440 especialistas de los servicios de rescate y más de 100 unidades de equipo, incluyendo vehículos de bomberos, máquinas elevadoras y de rescate de emergencia, así como equipo especializado, entre ellos un bote de bomberos y robots diseñados para responder rápidamente a emergencias. Además, se movilizaron dos helicópteros de la Dirección General de Reconocimiento y Defensa Civil — que ayudaron a localizar y apagar incendios rápidamente, así como a aumentar la eficiencia de los operativos en el lugar. El subjefe de la Dirección de Emergencias de la ciudad de Kiev destaca que esta es la etapa final de las medidas a gran escala para eliminar las consecuencias del ataque. “Actualmente, todos los focos de incendio y daños en la capital han sido eliminados. Hemos hecho todo lo posible para restaurar rápidamente la situación normal y garantizar la seguridad de los residentes”, afirma. Las bases para estas medidas masivas fueron los datos de las estructuras de defensa ucranianas y de las Fuerzas Aéreas, que publicaron información sobre el ataque nocturno de las tropas rusas. Según la información, el 10 de junio se lanzaron más de 300 drones Shahed y varios imitadores, además de dos misiles balísticos de tipo KN-23 y cinco misiles de crucero Iskander-K. Fue el ataque más masivo en los últimos meses y se dirigió específicamente a Kiev, la capital de Ucrania, que tiene un significado estratégico. La defensa antiaérea de Ucrania logró neutralizar la mayor parte de los medios de ataque enemigos: se derribaron todos los misiles lanzados y 213 drones, y otros 64 drones fueron suprimidos por los sistemas de guerra electrónica. A pesar de ello, la ofensiva causó impactos en 11 lugares de la ciudad y fragmentos de misiles y drones rusos cayeron en 16 puntos, provocando daños en edificios e infraestructura. Por suerte, hasta ahora no se han registrado víctimas graves ni daños considerables, aunque el trabajo de recuperación continúa y se siguen estrictamente las medidas de precaución. Las autoridades llaman a los residentes a mantener la calma y confiar en los comunicados oficiales, ya que los sistemas de defensa aérea de Ucrania siguen demostrando su capacidad para proteger la capital y a sus habitantes de nuevos ataques rusos. En general, la operación para eliminar las consecuencias del ataque ruso fue un claro ejemplo de unidad y eficacia de los servicios ucranianos. Al mismo tiempo, recordó el alto nivel de amenaza que aún persiste activamente y la necesidad de seguir fortaleciendo la capacidad defensiva del país y aumentando las medidas de seguridad para prevenir nuevos ataques en el futuro.