El presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, declaró públicamente que en la cumbre en Odesa no firmó la declaración, y que con ello, según sus palabras, «no traicionó a Rusia»
Esta afirmación fue pronunciada al final del evento, que reunió a representantes de varios países de la región, pero que se destacó por tener notas políticas especiales debido a su posición respecto a Ucrania y Rusia. Según Vučić, no tenía intención de apoyar la declaración que firmaron otros participantes de la cumbre «Ucrania – Europa del Sur». Cabe señalar que los medios ucranianos y oficialmente Kyiv subrayan que fue el propio presidente serbio quien resultó ser el único en negarse a firmar el documento. Durante una entrevista con periodistas después de la conclusión del evento, Vučić resaltó: «No traicioné a Rusia con mi visita a Odesa, como intentan afirmar aquí y allá algunos medios serbios». Según sus afirmaciones, se quedó «el único que no firmó» esta declaración, ya que, en su opinión, otros participantes «están dispuestos a tomar cualquier decisión» que, de una u otra forma, vaya en contra de Rusia. El presidente de Serbia enfatizó que su país defiende sus propios intereses y actúa en conformidad con los principios del derecho internacional, guiado por su soberanía y su posición política propia. Vučić manifestó que está orgulloso de la política de Serbia, de su independencia y autonomía, y prometió seguir actuando en esa misma línea. Es importante señalar que la mayoría de los participantes en la cumbre apoyaron un rotundo rechazo a la agresión rusa contra Ucrania y en instancias internacionales llamaron a reforzar las sanciones contra la Federación Rusa. Los propios organizadores publicaron hoy una declaración oficial en la que se enfatiza que la guerra de Rusia contra Ucrania es condenada «en los términos más enérgicos», y que los participantes confirmaron su interés en la integración euroatlántica, incluido el apoyo a las aspiraciones candidatas de Ucrania y otros países de la región. Esta fue la primera visita de Vučić a Ucrania, que en su mayoría se interpreta como un gesto político que puede fortalecer su posición interna y subrayar la independencia de Serbia en la política exterior. Sin embargo, su negativa a firmar un documento conjunto durante la cumbre fue una señal significativa para la comunidad europea y una confirmación adicional de que la persistencia de conflictos regionales y las ambiciones políticas internas seguirán siendo temas de acalorados debates por mucho tiempo.