Durante la noche del 9 al 10 de junio, las fuerzas rusas realizaron nuevamente un ataque con misiles a un objeto de importancia estratégica en tierra ucraniana — el estudio de cine de Odessa, uno de los más antiguos y destacados de Europa, que ha sido una parte integral del patrimonio cultural de Ucrania durante más de un siglo

Chas Pravdy - 10 junio 2025 16:46

Este acto de agresión resalta una vez más la táctica cínica de los ocupantes rusos, que destruían deliberateamente monumentos históricos y valores culturales, buscando borrar de la memoria del pueblo ucraniano sus raíces e identidad. Según datos oficiales divulgados por el Estado de Cine de Ucrania y el estudio de cine de Odessa, mediante un masivo bombardeo con misiles realizado por el país agresor, se destruyó una parte significativa del complejo de filmación. En particular, se resultó dañada la decoración clave del filme histórico "Dovzénko" y el transporte utilizado durante el rodaje. A pesar de la potencia del golpe, la rápida y coordinada labor de los guardianes permitió localizar el incendio y evitar daños aún mayores. Al mismo tiempo, lograron salvar artefactos históricos únicos, entre ellos trajes, objetos de utilería y pertenencias valiosas que tienen más de cien años de historia. Según evaluaciones preliminares, no hay víctimas entre el personal, pero las pérdidas son considerables. Los representantes del Estado de Cine señalaron que estas destrucciones no son solo daños materiales, sino un acto cínico del enemigo para destruir el código cultural de Ucrania, su memoria histórica e identidad espiritual. Según fuentes, tales acciones confirman una vez más que la guerra, desatada por Rusia, no solo está dirigida contra la tierra y la población, sino también contra la cultura ucraniana y su futuro. Además de la destrucción del estudio de cine, los ataques con misiles rusos dañaron otros objetos de infraestructura de la ciudad. Desde el ataque, han sido afectados edificios residenciales y objetos sociales importantes — entre ellos, un hospital materno-infantil y una estación de ambulancias. En particular, como resultado, una de las empleadas del estudio quedó sin vivienda, lo que añade una dimensión humanitaria a la tragedia. Asimismo, como consecuencia de la operación especial nocturna del enemigo en Odessa, también resultó afectada la zona histórica — la Catedral de Sofía, incluida en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO, fue dañada por la onda explosiva. La causa de este bombardeo con misiles fue un ataque por parte de Rusia en la noche del 10 de junio contra el sector residencial de la ciudad. Como resultado de este incidente, murieron dos odessitas y otros nueve resultaron heridos. Justo antes, se dañó uno de los centros culturales más importantes de la ciudad — la Catedral de Sofía, uno de los símbolos principales de la arquitectura e historia de Odessa. Este ataque más —otro más— es una clara señal de la magnitud de las destrucciones y de la situación de seguridad en la región. La sociedad ucraniana, la comunidad internacional y los actores culturales se unen en condena de la agresión rusa y hacen un llamado a tomar medidas inmediatas para impedir más daños. Sin embargo, los ucranianos enfatizan que cada objeto cultural destruido, cada artefacto perdido, representa una parte de la historia que no puede ser recuperada. Este acto de barbarie confirma una vez más que la guerra de Rusia contra Ucrania no es solo una agresión militar, sino también un ataque contra su cultura, memoria histórica y futuro. Solo mediante esfuerzos conjuntos, la reconstrucción de los monumentos destruídos, la protección del patrimonio cultural y la presión internacional sobre el país agresor, se podrá detener su camino de destrucción y garantizar un futuro para la cultura ucraniana, que ha salido adelante incluso en los momentos más difíciles.

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