Un buque militar dañando de Corea del Norte ha sido trasladado a un astillero cerca de la frontera con Rusia: posible vínculo con futuras integraciones militares y económicas

Chas Pravdy - 09 junio 2025 12:14

Un nuevo buque militar, que sufrió daños durante una ceremonia de lanzamiento al agua fallida en Corea del Norte, ha sido transportado a un astillero seco cerca de la frontera rusa. Este reciente movimiento plantea muchas dudas y sugiere la posibilidad de que Moscú pueda estar involucrada en la reparación de esta tecnología militar en el otro extremo del mundo. Según fuentes estadounidenses, incluida la cadena CNN, las imágenes satelitales tomadas por Maxar Technologies el domingo pasado documentaron claramente la ubicación del buque: el puerto de Rajin, que forma parte de la Zona Económica Especial de Rason, situada en las latitudes norteñas de Corea del Norte y que limita directamente con Rusia. Según expertos, aunque Rajin no es conocido como un centro naval importante, esta ubicación es adecuada para realizar reparaciones mínimas y trabajos técnicos, especialmente para estabilizar el buque dañado. Al mismo tiempo, su posición estratégica cercana a Rusia crea oportunidades para profundizar los vínculos militares y económicos entre ambos países. Los analistas señalan que la proximidad a la frontera rusa hace que esta base sea un lugar ideal para asistir en la recuperación de la tecnología, que podría emplearse con fines militares. Se informa que los daños en el buque ocurrieron el 21 de mayo de este año, cuando durante una maniobra de lanzamiento su popa se sumergió y la proa quedó en tierra. Esto provocó que el buque se volteara y sufriera daños considerables. En la ceremonia de lanzamiento del destructor, presente el líder norcoreano Kim Jong Un hizo especial hincapié en este llamado "desafío nacional", encargando una rápida reparación del buque antes de que finalice la sesión plenaria de junio del Partido Laborista en el poder. La semana pasada, las declaraciones oficiales afirmaban que la reparación en el puerto de Rajin no duraría más de 10 días. Sin embargo, en círculos militares y entre analistas existe la opinión de que el tiempo necesario para la recuperación de la tecnología dañada dependerá del grado de daños, especialmente en los sistemas internos a bordo del buque. Según Kim Duk Ki, experto militar local, es posible que los daños principales afectaran a los hidrófonos y los ecocéperas, equipos que aseguran las comunicaciones submarinas y la navegación subacuática. En ese caso, sería necesario la ayuda de profesionales extranjeros, posiblemente de Rusia o China, ya que Corea del Norte carece de tecnologías modernas para reparar estos sistemas de alta tecnología. Los responsables con recursos limitados deben dedicarse a limpiar y secar las partes del barco que quedaron sumergidas para evitar la corrosión y problemas futuros. Los máximos líderes del país ya expresaron su deseo de restaurar rápidamente el destructor, considerándolo no solo un asunto militar, sino también un asunto de honor nacional. Se estima que las reparaciones podrían concluirse antes de terminar el segundo trimestre del año, según expertos militares, lo cual probablemente requerirá apoyo no solo interno, sino también, posiblemente, ayuda extranjera. A pesar de las declaraciones oficiales de rapidez en las reparaciones, en círculos militares y diplomáticos persisten las sospechas respecto a la escala del involucramiento de Rusia en el proceso de recuperación del buque. Esto se ve corroborado por indicios previos de cooperación militar entre ambos países, dada su proximidad geográfica e ideológica. Aunque todavía no hay pruebas concluyentes de la participación de Moscú en las reparaciones, los analistas piensan que Rusia podría estar brindando asistencia técnica o incluso realizando trabajos de mayor envergadura para restaurar el buque. Cabe recordar que este incidente ha sido el más grave durante la botadura del destructor, considerado uno de los esfuerzos militares más importantes de Corea del Norte en los últimos años. El líder del país calificó con indignación el suceso como un "acto criminal" y encargó a altos funcionarios investigar y tomar todas las medidas para una rápida recuperación del buque. Paralelamente, varias autoridades y expertos en construcción naval fueron arrestados en relación con el accidente, lo que subraya su importancia política y militar. En conclusión, la situación actual genera muchas interrogantes sobre los planes de modernización militar de Corea del Norte, sus objetivos estratégicos y la posible implicación de países vecinos en una cooperación o tensión a nivel regional. Solo el tiempo dirá qué consecuencias tendrá este incidente y si Pyongyang logrará completar las reparaciones en los plazos previstos, demostrando su fuerza militar y voluntad política.

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