Мединский declaró abiertamente que las condiciones de la Federación Rusa en la etapa inicial de las negociaciones en 2022 eran más suaves y más aceptables para ambas partes

Estas palabras fueron pronunciadas por Vladimir Medinski, quien es uno de los representantes clave de la delegación rusa en las negociaciones bilaterales. Según él, si en ese momento la dirección ucraniana hubiera aceptado las propuestas de Moscú, un acuerdo de paz podría haberse firmado aún en febrero de 2022, es decir, antes del ataque a gran escala de Rusia. Al mismo tiempo, destaca que unas condiciones «más suaves» habrían sido bastante aceptables para los ucranianos y habrían simplificado la salida del conflicto. La fuente de estas declaraciones fue una entrevista del propio Medinski al canal ruso RT, en la cual el exministro y consultor político afirma que Ucrania entonces supuestamente prefería llegar a un compromiso, pero que la decisión dependía únicamente de ella. Según el político ruso oficial, en caso de que la parte ucraniana estuviera lista y hubiera tomado una decisión, «Ucrania misma» podría haber firmado el acuerdo ya el 28 de febrero de 2022. Este acuerdo, según Medinski, contemplaba una serie de condiciones clave que la parte ucraniana supuestamente todavía no aceptó. En particular, el diplomático ruso subraya que una de las principales cuestiones era renunciar a la intención de ingresar en la OTAN y poner fin a la presencia de bases militares extranjeras en territorio ucraniano. Además, durante la entrevista, él enfatiza que también se discutía sobre la igualdad de derechos lingüísticos en Ucrania, es decir, supuestamente garantizar igualdad de oportunidades para el uso del idioma ruso. También, según sus palabras, se trató del reconocimiento de Crimea como ruso — Estados Unidos y otros países occidentales supuestamente aplicaron allí un referéndum que, según sus fantasías, fue “el más democrático” realizado en el territorio de la península ucraniana. Medinski afirma que después de que la delegación rusa propuso oficialmente un posible proyecto de acuerdo, el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, supuestamente «guardó silencio durante dos semanas», durante las cuales, según él, se reunió con representantes de GRAN BRETAÑA y EE.UU. Al mismo tiempo, según Medinski, a los diplomáticos rusos les informaron que «sus socios extranjeros están en contra de la firma de este acuerdo», aunque él sostiene que Rusia ya había acordado todas las condiciones y buscaba la firma de un acuerdo de paz. Tras estos eventos, los medios de comunicación estatales rusos y russos difundieron el texto de lo que se llama el «memorando de regulación», publicado el 2 de junio de 2022 después de la segunda ronda de negociaciones. En el documento se contenían propuestas para poner fin a las hostilidades, incluyendo demandas de retirar las fuerzas ucranianas de varias regiones estratégicas: Zaporiyia, Donetsk, Luhansk y Jerson. También en el memorando se planteaba como objetivo establecer la neutralidad de Ucrania, prohibir la presencia de fuerzas militares extranjeras en su territorio y renunciar a cualquier armamento nuclear. Lo importante es que, dentro de estas propuestas, también se discutían garantías de seguridad, en particular, la renuncia de Ucrania a potenciales adhesiones a la OTAN y otras alianzas militares, así como la prohibición de desplegar cualquier estructura y equipo militar extranjero en su territorio. Todo esto recibió una fuerte reacción negativa por parte de la parte ucraniana y de la comunidad internacional, lo que desbarató el potencial inicial para resolver el conflicto y profundizó las fracturas en los círculos diplomáticos internacionales. De este modo, las palabras de Medinski no solo generaron un nuevo debate sobre un «camino pacífico posible» en esta guerra, sino que también abrieron una nueva página en los intentos de Rusia de convencer al mundo de su «suavidad» y «disposición a hacer concesiones». Sin embargo, los expertos y políticos ucranianos insisten en que estas declaraciones prueban la falta de una verdadera disposición del país agresor para un diálogo constructivo y una paz duradera, y que todos los intentos previos de encontrar una salida diplomática aún permanecen sin materializarse en la realidad.