La actividad tripartita de las fuerzas alemanas y aéreas de la OTAN en el espacio aéreo del Báltico durante una semana se ha convertido en una clara muestra del aumento de la tensión en la región

Según el Ministerio de Defensa de Lituania, solo la semana pasada los aviones de la policía aérea de la OTAN tuvieron que despegar en tres ocasiones para responder a violaciones por parte de aviones militares rusos de las reglas de vuelo establecidas en el espacio aéreo internacional. El 3 de junio, los aviones rusos volvieron a mostrar su actividad en la región, cuando los cazas de la OTAN salieron al aire para identificar a dos Su-30SM rusos que volaban dentro de las fronteras internacionales. Ese mismo día, también fueron identificados en el cielo aviones militares rusos: un caza Su-33 y un avión de reconocimiento Su-24MR, que sobrevolaban áreas pertenecientes a la zona internacional y alcanzaban desde la parte continental de Rusia. Es importante señalar que estos aviones se desplazaban sin planes de vuelo correspondientes y sin establecer contacto por radio con el centro de control de vuelos regional, lo que complica aún más la situación y aumenta el nivel de tensión en la región. Al día siguiente, 4 de junio, la situación se repitió: los cazas de la OTAN volvieron a despegar para identificar a dos Su-30SM rusos que sobrevolaron la región de Kaliningrado y posteriormente regresaron a su zona. Lo alarmante de todo esto es que todos estos aviones volaban sin un plan de vuelo y sin comunicación por radio con el centro de control de vuelos regional ucraniano, lo que preocupa a expertos y analistas militares. Estos eventos indican la continuación de los recientes intentos de Rusia de realizar inteligencia en las aguas fronterizas de los países bálticos, así como posibles intentos de sabotaje o desinformación en la región. La situación en el mar Báltico sigue siendo tensa desde hace varios meses: los ataques de aviones militares rusos no cesan, a pesar de las constantes respuestas de los aliados de la OTAN. Solo en una semana de mayo, los cazas de la alianza tuvieron que despegar en cuatro ocasiones para identificar y escoltar aviones rusos que violaban el espacio aéreo sin los permisos adecuados. En ese período, según informes, los cazas polacos interceptaron un bombardero ruso Su-24 en aguas internacionales del Mar Báltico, lo que confirma nuevamente el nivel de tensión en la región y la creciente complejidad para las fuerzas militares de la OTAN, que deben reaccionar ante provocaciones y violaciones constantes. En general, esta actividad militar rusa en los últimos días podría indicar una preparación para operaciones de mayor escala o demostraciones de fuerza, lo que genera una preocupación seria en los países bálticos y sus aliados. Los países occidentales, por su parte, continúan aumentando su presencia militar en la región para contener posibles provocaciones y garantizar la seguridad de las aguas y espacios aéreos internacionales. Estas acciones demuestran que las jugadas con las reglas de vuelo y las armas de la tensión geopolítica en la región no disminuyen sino que, por el contrario, se intensifican, exigiendo una movilización constante y una reacción rápida por parte de los aliados.