En Sumy, un capitán del ejército de Ucrania se ha visto involucrado en un escándalo debido a un esquema de corrupción a gran escala que llevó a una enriquecimiento ilícito de más de 2,4 millones de hryvnias

La detección de esta estafa fue el resultado de un exhaustivo trabajo de los órganos de investigación, en particular de la Oficina del Buró Estatal de Investigación (DBR), en colaboración con la Fiscalía General y la Policía Nacional. Según datos oficiales, el incidente ocurrió a finales de 2024, cuando el jefe de un departamento en el cuartel de una de las unidades militares en Sumy propuso a sus subalternos ganar dinero de manera fácil y rápida. Se le ocurrió la idea de gestionar de manera ficticia destinos en misiones en la zona de combates en el oblast de Járkov. En realidad, los militares continuaban realizando sus tareas en el cuartel de Sumy, pero se les acreditaban pagos por combate —hasta 170,000 hryvnias mensuales a cada uno— incluso durante los períodos de máximos combates. De acuerdo con la información de la investigación, el principal implicado, un capitán, no solo gestionaba viajes ficticios, sino que también recaudaba dinero en efectivo de sus subordinados, a quienes les exigía entregárselo en mano. Los militares que dudaban o no querían participar en este esquema fraudulento recibían amenazas, incluyendo que serían obligados a participar en combates reales, poniendo en riesgo sus vidas y seguridad. Según los investigadores, la mayor parte de estos pagos ilegales permanecían en posesión del capitán, mientras que los militares recibían solo unos 30 mil hryvnias en mano de las sumas mensuales. En solo tres meses, esta estafa permitió al capitán obtener más de 2,4 millones de hryvnias mediante falsificación de documentos y abuso de poder en tiempos de guerra. Se ha abierto un proceso penal por abuso de autoridad en condiciones de estado de emergencia, que ha causado consecuencias graves (parte 5 del artículo 426-1 del Código Penal de Ucrania). Por este delito, al capitán le amenaza una pena de hasta 12 años de prisión. El tribunal ya le ha impuesto una medida cautelar —una fianza de 900 mil hryvnias. Cabe señalar que esta historia no es aislada: en junio de este año, también en Sumy, los empleados del DBR desmantelaron a un grupo de militares que exigían dinero a los combatientes que abandonaron sus unidades de manera voluntaria. Ofrecían volver a servir a cambio de dinero y, en algunos casos, incluso amenazaban con castigos en caso de rechazo. Se está llevando a cabo una amplia campaña para detectar y eliminar similares esquemas de corrupción y prácticas delictivas por parte de militares que utilizan su cargo para enriquecerse. Estos eventos recuerdan una vez más la necesidad de aumentar el control y la transparencia en las instituciones militares, además de amenazar con graves consecuencias a quienes intenten lucrarse de la guerra y de la confianza de los defensores ucranianos. Asimismo, los investigadores y las fuerzas del orden llaman a los militares en zonas de combate a estar atentos y denunciar cualquier caso de abuso para evitar que este tipo de corrupción continúe en el futuro.