En Los Ángeles, la comunidad ucraniana y la comunidad internacional quedaron conmocionadas por la noticia del despliegue repentino de las fuerzas militares de la Guardia Nacional de los Estados Unidos en la ciudad

Esta decisión, tomada por el presidente Donald Trump, provocó un enfrentamiento agudo entre el poder federal y la dirigencia del estado de California. Este paso, que tuvo repercusiones en medio de la escalada de protestas internas y la tensión en la región, se convirtió en uno de los eventos políticos más resonantes de los últimos meses, subrayando la gravedad del conflicto entre las autoridades federales y regionales, así como poniendo en duda los límites de las facultades presidenciales. Según informes de medios internacionales, en particular Bloomberg y CNN, las unidades militares de la Guardia Nacional fueron desplegadas en Los Ángeles el domingo. Esto ocurrió inmediatamente después de dos días de protestas masivas, provocadas por redadas migratorias a gran escala y motivadas por el aumento de la tensión en la región. La orden de despliegue contemplaba la movilización de al menos dos mil soldados y una presencia prevista de aproximadamente sesenta días, o, en caso de cambio en la situación, hasta la adopción de una decisión específica por parte del ministro de Defensa del país. El propio Donald Trump, en camino a Camp David el domingo, declaró firmemente que, en base a la federalización de la situación, pronto se brindará un apoyo integral. “Desplegaremos tropas en todas partes, no permitiremos que esto vuelva a ocurrir en nuestro país”, expresó en una conferencia con periodistas, haciendo alusión a los disturbios recientes en Los Ángeles. El presidente también destacó que la situación ocurrida en la ciudad el sábado se califica como “alteración del orden público” y que requiere medidas decididas por parte del gobierno federal. Al mismo tiempo, el gobernador de California, Gavin Newsom, quien se rehusó a coordinar con la administración de Trump la cuestión del despliegue de las fuerzas de la Guardia Nacional, condenó enérgicamente esa medida, calificándola como un exceso de autoridad y una injerencia flagrante en los asuntos internos del estado. En su mensaje en video, acusó al gobierno federal de crear caos y de incitar a la escalada del conflicto. “El gobierno federal está sembrando caos para tener una excusa para escalar. No es comportamiento responsable para un país que aspira a instituciones civilizadas y a resolver la situación de manera responsable”, aseguró en redes sociales. Las autoridades locales y estatales manifestaron su respaldo a restablecer el orden establecido. La comandancia de la Guardia Nacional en sus comunicados oficiales enfatizó que la principal tarea de las tropas es garantizar la seguridad y proteger las propiedades federales, así como al personal. Según los militares, solo ellos están capacitados para actuar en esta situación compleja y garantizar el orden en una ciudad de millones de habitantes. El gobernador Newsom envió el domingo una carta abierta al secretario de Defensa, P. G. Hagel, solicitándole retirar la decisión de desplegar tropas en las ciudades de California. En el documento, resalta que las autoridades del estado tienen la mejor comprensión de la situación y que sus recursos deben seguir siendo la principal herramienta de respuesta. “La decisión de involucrar a la Guardia Nacional sin las consultas y preparativos adecuados puede incrementar aún más la escalada del conflicto, poniendo en peligro la seguridad de los habitantes y generando inestabilidad regional”, señala la carta. El gobernador agregó que la situación se ha agravado tras la intervención federal, y acusó a Trump de crear tensión artificial. “Nunca habíamos tenido problemas hasta que se intervinieron las instituciones federales. Todo este conflicto es resultado de juegos políticos”, afirmó en su declaración. Estas expresiones reflejan un profundo descontento del gobierno local, que ve en la decisión adoptada un intento de centralizar el control y utilizarlo con fines políticos. El análisis de la situación muestra que el despliegue militar en Los Ángeles no solo fue un episodio más en la lucha interna por el poder, sino también una muestra clara de la crisis en el sistema de gestión de la seguridad en Estados Unidos. El alto nivel de tensión y enfrentamiento entre los diferentes poderes cuestiona la capacidad de encontrar una solución conjunta que garantice la seguridad de los ciudadanos y reduzca los conflictos políticos. La comunidad internacional observa con atención qué consecuencias tendrá este conflicto para la estabilidad interna de EE.UU. y su imagen en el mundo. Por el momento, no está claro cómo se desarrollará la situación en adelante, pero lo que es evidente es esta tendencia al incremento de la tensión en uno de los gobiernos más poderosos del planeta.