El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha expresado nuevamente su valiosa y muy polémica opinión sobre las perspectivas de adhesión de Ucrania a la Unión Europea y sobre la crisis ruso-ucraniana a largo plazo, fomentando cada vez más debates acerca de las orientaciones políticas internas del gobierno de Budapest
Su declaración, realizada en una entrevista para el canal francés LCI, plantea nuevas preguntas sobre la postura de Hungría en el contexto de los procesos de integración europea y la situación de seguridad en torno a nuestro país. Viktor Orbán ha reiterado que la perspectiva de que Ucrania ingrese en la Unión Europea “no es nada prometedora” para nuestro estado debido a su imposibilidad de convertirse en miembro pleno de la OTAN. Según sus palabras, esta circunstancia puede profundizar los problemas de seguridad y escalar potencialmente el conflicto con Rusia. “Si Ucrania se uniera a la Alianza, eso significaría de inmediato entrar en guerra entre la OTAN y Rusia, y eso es absolutamente inaceptable para nosotros, los ucranianos y para todo el continente”, destacó Orbán, reiterando su postura constante de que la OTAN debería estar involucrada en el proceso de seguridad de Ucrania solo tras su adhesión a la Unión Europea. Esto, según él, garantizaría “una serie de medidas de seguridad” y estabilidad para activistas y medios de comunicación, socavando la idea de una rápida y segura expansión de la UE. El primer ministro húngaro reiteró que considera la adhesión de Ucrania a la Unión Europea como “una catástrofe económica” para la UE y añadió que, desde el punto de vista de la seguridad, sería un movimiento demasiado arriesgado, ya que abriría caminos para la escalada del conflicto con Rusia. Según sus palabras, la historia muestra que la integración de países en bloques militares, especialmente aquellos que limitan con Rusia, tiene su lógica: primero deben unirse a la OTAN, garante de seguridad, y solo después tener la oportunidad de formar parte de la comunidad europea. “Todos los países de Europa Central y del Este recorrieron primero este camino. Fueron admitidos en la OTAN como protección y garantía de seguridad, y solo después en la UE. Sin embargo, ahora tal escenario sería imposible”, afirmó Orbán, añadiendo que “la adhesión de Ucrania a la OTAN provocaría de inmediato un conflicto con Rusia, pues sería una intervención directa en un conflicto bélico”. En su tono tranquilo, se percibe un enfoque en mantener la estabilidad en la región y evitar una escalada militar, que, en su opinión, podría tener consecuencias devastadoras para Europa en su conjunto. Mientras tanto, en respuesta a la pregunta del periodista sobre la comprensión de la situación ucraniana, Orbán señaló que en Hungría “se entiende mejor la historia de Ucrania que en Francia”. Luego recordó su propia experiencia, haciendo referencia a la historia del país y a los eventos trágicos relacionados con ella. “También en nuestra historia hubo ocupaciones, y entendemos a los ucranianos”, afirmó. Sin embargo, subrayó la necesidad de comprensión, y añadió que “no hay que amar a Rusia, pero sí hay que tener acuerdos con ella”. A su juicio, “Rusia es una realidad” que debe ser incluida en los planes estratégicos, incluso si sus acciones no gustan. El periodista intentó entender si este enfoque era una manifestación de miedo hacia Rusia, a lo que Orbán respondió categóricamente: “No, al contrario. Rusia solo entiende el lenguaje de la fuerza.” Destacó que Europa debe ser fuerte y negociar desde una posición de fuerza. Según sus palabras, actualmente Europa es demasiado débil y, por ello, necesita a Estados Unidos para apoyo y protección. “Necesitamos un acuerdo estratégico con Rusia, pero solo puede firmarlo una Europa fuerte”, afirmó, haciendo hincapié en la importancia de fortalecer sus propias posiciones. Esta postura de Orbán genera muchas reacciones controvertidas en círculos políticos y entre analistas. Pues una vez más, defiende la idea de una “política híbrida”, que busca mantener buenas relaciones con Moscú mientras protege los intereses de la Unión Europea. Al mismo tiempo, los líderes ucranianos y muchos socios europeos insisten en que la perspectiva inmediata de integración de Ucrania en la UE y la OTAN es clave para nuestra seguridad y será una garantía de estabilidad para la región. Las palabras elocuentes de Orbán vuelven a subrayar la importancia que tiene la política interna y exterior de Hungría en el contexto de los procesos de integración europea y la seguridad global. Al mismo tiempo, crece la preocupación en el mundo de que la política de Hungría pueda obstaculizar la unidad y la rapidez del avance hacia una seguridad y prosperidad europeas comunales. La cuestión sigue abierta: ¿podrá Europa y sus aliados apoyar la integración de Ucrania, considerando al mismo tiempo los intereses de los países que, al igual que Hungría, mantienen una postura más cautelosa respecto a Rusia y la seguridad en Europa?