Durante la noche del 9 de junio, los defensores ucranianos registraron un ataque masivo del enemigo por parte de la Federación Rusa, que resultó ser uno de los más grandes en los últimos tiempos
En general, las fuerzas armadas de defensa antiaérea de Ucrania lograron neutralizar prácticamente todos los medios de ataque aéreo: 479 blancos de casi 500 drones y misiles lanzados. Esto fue gracias a la labor de alta precisión de los sistemas ucranianos de defensa aérea, que demostraron un alto nivel de profesionalismo y eficacia en la lucha contra el enemigo. Según las informaciones oficiales de las Fuerzas Aéreas de Ucrania, en el período desde las 20:00 horas del 8 de junio hasta la mañana del 9 de junio, las tropas agresoras llevaron a cabo una potente ola de ataques. Se simuló completamente Moscú, y se sacaron de servicio importantes objetos de infraestructura del país, incluyendo varios aeródromos ucranianos, lo que subraya el alto nivel de intención en esta noche. El enemigo intentó impactar con diferentes tipos de armas: desde las direcciones de Kursk, Shatalovskaya, Oryol, Millerovo y Primorsko-Akhtarsk — Rusia acercó a las fronteras ucranianas más de quinientos vehículos aéreos no tripulados, en su mayoría modelos Shahed y simuladores de diversos modelos. Al mismo tiempo, los rusos utilizaron armas más severas: misiles aerobalísticos Kh-47 "Kinzhal" desde la región de Tambov, misiles de crucero Kh-101 desde Saratov, así como misiles estratégicos Kh-22 desde el espacio aéreo del Mar Negro. A todo esto se sumaron también misiles Kh-35 desde Crimea, actualmente ocupada, lo que indica una logística multinivel y de gran escala para atacar el territorio ucraniano. Los especialistas militares ucranianos informaron durante una transmisión en televisión que el golpe principal estuvo dirigido a uno de los principales aeródromos, y agregaron que los esfuerzos de defensa aérea fueron completamente enfocados en neutralizar los medios enemigos. Según el mando, a partir de los restos de esta ofensiva, lograron neutralizar 479 objetivos, de los cuales 292 fueron derribados por fuego y 187 fueron suprimidos mediante medidas de radioelectrónica, incluyendo acciones de guerra electrónica. En detalle, de los 479 blancos abatidos, los sistemas de defensa aérea ucranianos destruyeron 277 drones Shahed y otros vehículos aéreos no tripulados, mientras que otros 183 fueron suprimidos o destruidos mediante medios electrónicos. En cuanto a las armas terrestres del enemigo, se lograron destruir 10 misiles de crucero Kh-101, 4 "Kinzhal", 2 Kh-22, además de misiles del tipo anti-radar Kh-31P y una carga de Kh-35, todos los blancos previamente identificados y destruidos. Además, cabe destacar que el surtido de armas impactadas causó daños significativos. Se registró que en 10 lugares se llevaron a cabo ataques, y los fragmentos de misiles y drones caídos impactaron en 17 diferentes regiones del país. Esto confirma la alta criticidad de la situación y la capacidad de la defensa antiaérea ucraniana para reaccionar eficazmente incluso ante los desafíos más complejos en el cielo. En general, el ataque nocturno de Rusia confirma su alto nivel de actividad bélica y su determinación de destruir la infraestructura ucraniana. Sin embargo, los esfuerzos conjuntos de los defensores ucranianos no solo lograron reducir la cantidad de impactos exitosos del enemigo, sino que también mostraron al mundo que la defensa aérea ucraniana juega un papel decisivo, demostrando que los ucranianos responden de manera invariable incluso ante desafíos complejos y de gran escala en el cielo.