El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, ha declarado nuevamente su firme intención de oponerse a la implementación de nuevas sanciones contra Rusia, poniendo en riesgo la unidad europea en este asunto

En su declaración, destacó que bloqueará cualquier medida por parte de la Unión Europea que pueda dañar los intereses nacionales de Eslovaquia. Esta decisión constituye una manifestación más de la compleja dinámica política en el país respecto a las sanciones, y cuestiona la estrategia europea común en las relaciones con Moscú. Según Fico, Eslovaquia sigue comprometida con una participación constructiva en el trabajo de la Unión Europea, pero también hace un llamado a un enfoque prudente que tenga en cuenta los intereses de su país. «No puedo apoyar medidas que perjudiquen nuestra economía o seguridad», afirmó el primer ministro, añadiendo que «si se imponen sanciones que amenacen nuestros intereses nacionales, nunca votaré a favor de ellas». Prestó especial atención a las cuestiones relacionadas con la importación de combustible ruso, que alimenta las centrales nucleares eslovacas: «Abogo por un diálogo constructivo y la cooperación, pero no a costa de nuestra independencia energética». Esta declaración fue una respuesta al movimiento político en el país, en particular a la resolución aprobada por el Parlamento el 5 de junio, que insta al gobierno a abandonar el apoyo a cualquier sanción o restricción comercial adicional contra Rusia. El documento fue adoptado con la intención de reducir el nivel de apoyo a las medidas anti-rusas en el contexto interno. Además, en vísperas de este evento, el jefe de Estado, Peter Pellegrini, rechazó el 4 de junio una petición que solicitaba realizar un referéndum sobre la eliminación de sanciones contra Moscú. Esto provocó una mayor tensión en los círculos políticos y sentó las bases para un debate criminal y político sobre la participación del país en las sanciones contra Rusia. La escalada de la situación se remonta a marzo, cuando Fico amenazó públicamente con bloquear posibles nuevas sanciones del EU que, supuestamente, podrían perjudicar los esfuerzos por una resolución pacífica de la guerra en Ucrania. Esto resalta su deseo de mantener un equilibrio entre apoyar la unidad europea y garantizar los intereses de su país. Este curso político ha generado acalorados debates en los círculos europeos. Según expertos y analistas políticos, la postura de Fico profundiza la crisis política interna en Eslovaquia y cuestiona la solidaridad europea ante los desafíos de la seguridad exterior y las sanciones económicas. Mientras tanto, otros miembros de la UE subrayan la importancia de acciones conjuntas para presionar a Moscú, en tanto que en Bratislava cada vez resuenan más voces que llaman a una postura más flexible y pragmática. La situación política continúa siendo tensa, y muchos analistas ya hablan sobre la posibilidad de que en el país puedan surgir nuevas fuerzas políticas o realizarse elecciones anticipadas para superar las divergencias internas y definir claramente la postura respecto a las sanciones y la política hacia Rusia. Al mismo tiempo, la sostenibilidad del apoyo a la unidad europea en este asunto tan crucial sigue en duda, y sin duda el papel de Fico en este proceso seguirá siendo uno de los temas principales en los debates políticos de la región.