Los Estados Unidos impondrán una nueva ronda de sanciones contra la «red bancaria en la sombra» de Irán, que forma parte de una estrategia de presión a gran escala contra Teherán en el marco de la política de «máxima presión», que se intensificó desde que la administración de Donald Trump restableció las sanciones económicas

Chas Pravdy - 07 junio 2025 01:22

Así lo informó el 6 de junio el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, resaltando que las sanciones afectan a más de treinta personas físicas y jurídicas implicadas en el circumventing de las sanciones financieras y en la creación de canales ocultos para transferencias de dinero. Este es el primer paso a gran escala desde la reanudación de esta política, dirigido a luchar contra las redes que facilitan al régimen iraní financiar su programa nuclear, la producción de armas y aumentar su influencia en la región de Oriente Medio. Según representantes del Departamento del Tesoro, la infraestructura "en la sombra" de Irán incluye empresas ficticias que mantienen cuentas en distintas monedas y bancos en todo el mundo, principalmente en la zona del Golfo Pérsico, Hong Kong y los Emiratos Árabes Unidos. Estos mecanismos permiten a las organizaciones iraníes obtener ingresos por exportación de petróleo, así como acumular fondos, eludiendo las restricciones financieras internacionales. Se señala que al menos dos empresas iraníes están directamente vinculadas a la compañía estatal de petroleros Iran Tanker Company, que desempeña un papel clave en la exportación de petróleo iraní al extranjero. En el Departamento del Tesoro añadieron que estos esquemas son vitales para el régimen, ya que le permiten obtener ingresos en divisas y financiar su actividad desestabilizadora en la región y más allá. El Ministro de Finanzas de EE. UU., Scott Bessent, subrayó en su comentario que "el sistema bancario en la sombra de Irán es una fuente vital para el régimen, a través del cual Teherán recibe ingresos de la venta de petróleo, transfiere fondos y apoya sus programas de producción de armas y actividades terroristas". Según él, estos mecanismos financieros ocultos permiten al gobierno iraní continuar con su política de desestabilización tanto dentro del país como en el ámbito internacional. La presión de política exterior sobre Teherán se intensifica cada vez más. En los últimos meses, la administración Trump ha llevado a cabo varias rondas de nuevas sanciones, en particular dirigidas a la industria petrolera iraní, que es un elemento clave de la bloqueo económico. Además, Washington amenaza con imponer multas o incluso persecución penal a las compañías extranjeras que sigan comprando materias primas iraníes. Esto envía una señal clara para aislar aún más a Irán en la arena internacional y forzarle a volver a las negociaciones sobre su programa nuclear. El objetivo de estas medidas no es solo limitar los ingresos del régimen iraní, sino también impedir que financie sus estructuras militares y terroristas en la región. La administración de Trump cree que un control riguroso de los flujos financieros puede reducir la amenaza para el mundo y la estabilidad en toda la zona del Oriente Medio. Por ahora, estas nuevas sanciones son solo la primera etapa de una estrategia más amplia para restringir la economía y la diplomacia iraníes. Se espera que en el futuro la administración de EE. UU. no solo intensifique la presión financiera, sino también active esfuerzos diplomáticos para alcanzar un acuerdo nuclear largamente esperado con Teherán, que limite el programa nuclear iraní y garantice un cumplimiento más transparente de los compromisos internacionales. En general, la nueva ola de sanciones reafirma la intención de EE. UU. de aumentar la presión sobre el régimen iraní, utilizando mecanismos financieros e instrumentos económicos para alcanzar sus objetivos estratégicos en la región y buscar vías para una resolución diplomática del conflicto.

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