La maquinaria propagandística rusa ha vuelto a poner en marcha su fábrica de información, intentando moldear en la conciencia pública la imagen de una victoria previsible y sentando las bases para futuros pasos políticos y militares

La herramienta principal de esta campaña han sido materiales en vídeo, supuestamente confirmando la entrega de los cuerpos de los militares ucranianos muertos, los cuales se planeaba intercambiar. Sin embargo, las autoridades ucranianas han identificado estas imágenes como parte de una provocación informativa cuidadosamente planificada, llevada a cabo por los servicios secretos rusos. El vicepresidente del Grupo de Coordinación para el trato con los prisioneros de guerra, Andriy Yusov, en un comentario a "Ukrainska Pravda", rechazó categóricamente las declaraciones de los propagandistas rusos, enfatizando una vez más que el vídeo difundido por la parte rusa no fue filmado en el lugar del próximo intercambio, sino mucho antes, en Rusia, en condiciones completamente diferentes. Según Yusov, estos fragmentos tienen un carácter puramente propagandístico y forman parte de una campaña de desinformación destinada a desprestigiar a Ucrania y a crear presión artificial sobre el grupo de negociación ucraniano en vísperas de procesos de intercambio importantes. "Esto es un elemento más de una provocación de información claramente dirigida a socavar la confianza y a desestabilizar el proceso de negociaciones", señaló Yusov. También subrayó que los términos para comenzar las repatriaciones ya fueron acordados el martes con representantes del Ministerio de Defensa de Rusia y que deben realizarse según el cronograma establecido la próxima semana. A pesar de esta provocación informativa, la preparación para el intercambio continúa y, según él, muy pronto, la parte ucraniana espera un resultado positivo. ¿Qué antecedió a este juego informativo? La semana pasada, los medios rusos y canales de Telegram pro-rusos publicaron una declaración del jefe del grupo de negociación ruso, Vladimir Medinsky, quien afirmó que el primer lote de cuerpos de militares ucranianos fallecidos ya había sido entregado en la zona de intercambio en refrigeradores especiales. Esta noticia se difundió rápidamente en los canales propagandísticos del Kremlin y posteriormente en canales de Telegram que apoyan activamente al Kremlin, apareciendo también vídeos con imágenes de los refrigeradores. La parte rusa no pasó por alto las acusaciones a Ucrania por la "traslado inesperado" del intercambio, lo que supuestamente habría retrasado el proceso de entrega de los cuerpos. Según los propagandistas rusos, la delegación ucraniana no habría llegado en el horario y lugar acordados, lo que habría violado los pactos. Sin embargo, en el marco de Coordinación para el trato con los prisioneros de guerra, se descartó también esta versión, resaltando que todo está acordado y que la parte ucraniana entregó las listas para el intercambio, mientras que los documentos rusos no cumplían con lo convenido. Los representantes oficiales de Ucrania actualmente esperan nuevos pasos por parte de Rusia y enfatizan que el proceso de intercambio sigue según todos los planes establecidos, afirmando que cualquier retraso por parte de Rusia es otro elemento de la guerra de desinformación. Además, añaden que la parte ucraniana ya ha entregado todas las listas y documentos necesarios y confían en una pronta y positiva conclusión de este proceso importante. Asimismo, las estructuras diplomáticas y militares ucranianas recalcan la necesidad de mantenerse vigilantes y críticos ante cualquier declaración informativa, ya que Rusia utiliza esta lucha informativa para aumentar la presión política y psicológica. En general, la situación alrededor del intercambio de prisioneros y cuerpos de los fallecidos ucranianos sigue siendo tensa, y las herramientas propagandísticas rusas continúan empleando diversos métodos para alcanzar sus objetivos. Ucrania, por su parte, insiste en la legalidad y transparencia del proceso y continúa colaborando con socios internacionales para excluir al máximo la posibilidad de que la guerra de informaciones sirva para desprestigiar a Ucrania o sabotear procesos humanitarios importantes.